Una gestión ineficiente de los presupuestos de inversión trae consigo una menor ejecución, en peor priorización de obras.  Debilitar el aparato público es una mala estrategia, perdemos todos. (Foto: Andina)
Una gestión ineficiente de los presupuestos de inversión trae consigo una menor ejecución, en peor priorización de obras. Debilitar el aparato público es una mala estrategia, perdemos todos. (Foto: Andina)

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