(Foto: Andina)
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Alberto Delgado Venegas, Socio de Miranda & Amado

En medio de una incorpórea campaña electoral y de la incertidumbre política sobre la conformación de un nuevo Congreso; de la informalidad, la desigualdad y la corrupción, que parecen endémicas; de la inseguridad y noticias policiales con las que vivimos a diario; y de un panorama internacional tenso que, por tanto, se asoma complejo; es posible identificar algunas normas o actos del gobierno que tendrán efecto en el 2020 y que podrían darle un tono positivo a este año.

Los abogados corporativos estamos entrenados para detectar los riesgos que enfrentan los negocios de nuestros clientes y para mitigarlos mediante contratos, compliance y nuestro consejo legal en general. Eso quizás nos predispone a ver los peligros. Pero en un esfuerzo por destacar lo positivo, a continuación, comento brevemente algunas iniciativas que podrían hacer de este un mejor año.

1. Transformación digital del país: hace poco se dictaron dos Decretos de Urgencia dirigidos a fortalecer el gobierno digital a través de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Es imprescindible que el Estado peruano se suba en la ola de la transformación digital y que, mediante la sistematización y el acceso a la información, se haga realidad la simplificación administrativa; dando así el respeto que el ciudadano merece, mediante una adecuada atención por parte de la administración pública, y mejorando la competitividad del país.

2. Cabeceras de cuenca: la ministra del Ambiente tiene las cosas claras al respecto. Hace unos días declaró que no es viable decretar la intangibilidad de las cabeceras de cuenca, pues hacerlo afectaría la ejecución de cualquier proyecto (sobre todo minero) en sus alrededores, con efectos nefastos. Para preservar un recurso tan importante como el agua, lo que corresponde es realizar un análisis detallado y técnico caso por caso, de manera tal que la regulación logre que se mitiguen los riesgos que toda actividad humana conlleva y se adopten medidas de prevención dirigidas a evitar que dichos riesgos se materialicen.

3. Proyectos de servicio público priorizados: es cierto que varios de los proyectos listados en el Decreto de Urgencia 018-2019 se repiten en las distintas normas que se han dado al respecto en el tiempo, pero ojalá algunos se materialicen y así comencemos a reducir el grave déficit de infraestructura del país mediante la ejecución del Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad.

4. Reglamento de la Ley Marco de Cambio Climático: la administración pública no podía seguir de espaldas a la adopción de medidas de prevención frente al cambio climático. Y si el único efecto de este nuevo reglamento fuese que las distintas agencias del Estado asuman el compromiso y reduzcan su huella en el ambiente, ya sería un progreso muy importante.

5. Ampliación de la Ley de Promoción Agraria: los beneficios para el país que la Ley de Promoción Agraria ha traído son evidentes, siendo el principal de ellos la creación de empleo para mujeres y hombres en distintas regiones. Así, la ampliación de la vigencia de la norma hasta el 2031 reconoce que debemos seguir por ese camino.

6. Normas sobre cannabis: parece haber voluntad del Gobierno en viabilizar el desarrollo de la industria del cannabis medicinal en el Perú. Aún faltan algunas disposiciones para que el país no quede rezagado en esta nueva industria que ya ha florecido a nivel mundial. Ojalá el 2020 veamos esa inversión despegar.

7. Rimay: finalmente, pero no menos importante, debemos replicar iniciativas como la que se materializó el año pasado mediante la creación del Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (Rimay). Son necesarios más foros para que las empresas, el Estado, la academia y otros actores de la sociedad civil compartan sus experiencias y buenas prácticas a favor de todos. Tenemos que recuperar la confianza.

Queda mucho por recorrer. Los problemas más graves -los de fondo- están descritos al inicio. Y no hay duda de que algunos aspectos de los ejemplos dados arriba pueden mejorarse. Pero si el Gobierno se enfoca en profundizar las políticas que estas normas reflejan, en implementarlas donde corresponda y en hacer que se cumplan, quizás podamos recordar el 2020 como un año en que se dio impulso al país para que empecemos a mirar hacia adelante.

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