Las autoridades ucranianas aseguraron que sus fuerzas rechazaron un ataque ruso en el este, mientras Moscú intensifica su campaña y brega por ganar terreno en esa región, que se ha convertido en el foco de la guerra.
Las tropas rusas necesitan tiempo para reagruparse después de ser golpeadas durante meses mientras asedian la vital ciudad portuaria de Mariúpol, aseguró el Ministerio de Defensa británico en un análisis, pero tal vez no lo consigan.
La ciudad y la acería donde los combatientes ucranianos han rechazado el asalto ruso durante semanas se ha convertido en símbolo de la estoica resistencia ucraniana y de su sorprendente habilidad para bloquear a una fuerza mucho más grande.
El viernes, un cierto número de soldados —la cifra era incierta— seguían resistiéndose en la planta Azovstal, después de la rendición de más de 1,700 soldados en días recientes.
Ahora que la batalla por la acería avanza hacia su fin, Rusia ha empezado a retirar tropas del lugar, pero el análisis británico indica que los comandantes rusos están bajo presión para enviarlos rápidamente a otras partes de Donbás.
“Eso significa que Rusia probablemente redistribuirá sus fuerzas con rapidez, sin la debida preparación, lo cual puede provocar un mayor desgaste”, agregó el ministerio.
El presidente ruso, Vladimir Putin, tiene los ojos puestos en Donbás desde que sus tropas no lograron tomar la capital en los primeros días de la guerra. Los separatistas prorrusos han combatido a las fuerzas ucranianas durante ocho años en la región y controlaban una parte considerable del territorio antes de la invasión rusa del 24 de febrero.
Pero la toma de más territorio ha avanzado lentamente. Furiosa por la lentitud de la guerra, Rusia ha despedido a varios comandantes, según el ministerio de Defensa británico.
Las fuerzas rusas atacaron las ciudades de Lysychansk y Severodonetsk en la región de Luhansk en Donbás, dijo el gobernador regional el viernes. Doce personas murieron y más de 60 viviendas resultaron destruidas, aseguró Serhiy Haidai en un mensaje por Telegram.
Pero el ataque a Severodonetsk fracasó, añadió. Haidai y el Estado Mayor ucraniano dijeron que Rusia sufrió bajas y se retiró. No fue posible verificar los informes de manera independiente.
Los problemas de Rusia en el este aparentemente se han traducido en una ofensiva intensificada que provoca mayores sufrimientos.
“Es un infierno allá y no exagero”, declaró el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, en su discurso diario por video. “Hay un bombardeo brutal y totalmente sin sentido contra Severodonetsk. Doce muertos y decenas de heridos allí en un sólo día”.
Mientras tanto, las autoridades ucranianas realizan el primer juicio por crímenes de guerra del conflicto: el de un soldado ruso acusado de matar a un civil ucraniano en los primeros días de la guerra. El sargento Vadim Shishimarin, de una unidad de tanques, se ha declarado culpable, pero de todas maneras la fiscalía presentó pruebas, de acuerdo con la ley ucraniana.
Shishimarin señaló ante la corte el jueves que mató a tiros a Oleksandr Shelipov, de 62 años, porque le ordenaron hacerlo y pidió perdón a la viuda.