Las tropas rusas están reforzándose en el sur de Ucrania con el objetivo de lograr un control total y permanente en la región, mientras que en el este sus avances son menores de los previstos y comienzan a sentir ya el efecto de sus numerosas bajas.
Estas son algunas de las conclusiones del análisis del conflicto en las últimas horas publicado hoy por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), organismo de análisis estratégico y militar con sede en Washington.
Los analistas del ISW destacan que Moscú está tomando medidas para garantizar el control de las zonas ya ocupadas en el sur con la intención de ampliarlo a toda la región de forma “permanente”.
Al mismo tiempo, creen que las tropas rusas han abandonado el objetivo de completar el cerco a las unidades ucranianas desde la ciudad de Donetsk hasta Izium.
Con relación a la estratégica ciudad de Mariúpol, junto al mar de Azov, el ISW informa de que las fuerzas rusas continuaron lanzando ataques de artillería, aéreos y navales contra la siderúrgica de Azovstal, pero los defensores de Mariúpol que continúan atrincherados en esa planta mantuvieron sus posiciones.
Es probable que las fuerzas rusas se hayan quedado sin reservistas listos para el combate, según los expertos, que añaden que eso obliga a recurrir a compañías militares privadas o a juntar soldados de unidades diferentes con poca preparación.
Recuerdan que el Estado Mayor de Ucrania informó de que aproximadamente unos 2,500 reservistas rusos están entrenando en Belgorod, Voronezh y Rostov para reforzar las operaciones ofensivas pero consideran “poco probable” que ese número de efectivos genere suficiente fuerza para reponer las unidades que han perdido hasta el 20% del personal en algunas áreas.
Destacan asimismo que la Dirección de Inteligencia Militar de Ucrania declaró que las fuerzas rusas están reclutando y movilizando personal que probablemente no tenga suficiente entrenamiento para ser eficaz ni la motivación necesaria para luchar.