Las revisiones de temperatura y de otros síntomas para detectar casos de COVID-19, como las implementadas en escuelas y consultorios, han mostrado de nuevo ser inadecuadas para detectar infecciones de coronavirus y prevenir brotes.
Según un estudio efectuado con reclutas de la Infantería de Marina de Estados Unidos, a pesar de los controles mencionados y estrictas cuarentenas antes del inicio de su adiestramiento, los reclutas se transmitieron el virus aun cuando casi ninguno tenía síntomas. Ningún contagio fue detectado mediante la revisión de síntomas.
El estudio, publicado el miércoles por la revista New England Journal of Medicine, tiene implicaciones para escuelas de estudios superiores, prisiones, plantas procesadoras de carne y otros lugares que confían en este tipo de controles para detectar infecciones e impedir brotes.
“Hemos dedicado mucho tiempo a aplicar este tipo de medidas y posiblemente no valgan la pena como esperábamos”, dijo Jodie Guest, investigadora de salud pública de la Universidad Emory, en Atlanta, que no participó en el estudio.
“Realizar pruebas diagnósticas de manera rutinaria parecen ser lo mejor para este grupo de edad”, porque los adultos jóvenes a menudo no tienen síntomas, apuntó.
El estudio fue encabezado por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn, del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York, y del Centro Naval de Investigaciones Médicas.
El estudio abarcó a 1,848 reclutas, 90% de ellos hombres, a quienes se indicó que se aislaran en sus casas durante dos semanas, después se les puso en cuarentena dos semanas más bajo supervisión militar en un plantel universitario cerrado: The Citadel, en Charleston, Carolina del Sur. Este confinamiento incluyó tener un solo compañero de cuarto, usar mascarillas, guardar una distancia de al menos 1.80 metros (6 pies) y efectuar la mayor parte del adiestramiento al aire libre. A diario se les realizaron chequeos de temperatura y para otros síntomas.
Los reclutas fueron sometidos a pruebas de coronavirus cuando llegaron a su cuarentena militar, así como siete y 14 días después. Dieciséis de ellos, alrededor de 1%, dieron positivo a su llegada y sólo uno tuvo algún síntoma. Otros 35, o 2%, dieron positivo durante la cuarentena militar de dos semanas y sólo cuatro tuvieron síntomas.
Sólo a los reclutas que dieron negativo en los exámenes al final de ambos periodos de cuarentena se les permitió viajar a Parris Island para efectuar su adiestramiento básico.
Exámenes genéticos revelaron seis brotes entre los reclutas.
“Muchas de las infecciones que ocurren ni siquiera advertimos que estén ocurriendo”, dijo uno de los líderes del estudio, el comandante de la Marina Andrew Letizia, doctor del centro Naval de Investigación Médica.
Las medidas de cuarentena y su cumplimiento fueron más estrictas de las que se aplican en un plantel universitario típico, afirmó otro líder del estudio, el doctor Stuart Sealfon, del Hospital Monte Sinaí.
“Este es realmente un virus infeccioso. En verdad necesitas combinar buenas medidas de salud pública, chequeos de temperatura, uso de mascarillas, distanciamiento social, lavado de manos... y exámenes integrales” para impedir una propagación, agregó.