China, Estados Unidos y México están entre los primeros objetivos de la nueva “diplomacia comercial” que ha emprendido el flamante ministro de Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, que deberá hacer equilibrismo entre las dos grandes superpotencias.
El político de 38 años emprende una diplomacia orientada a la búsqueda de acuerdos comerciales y fundada sobre la visión de “Más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador”, eslogan de campaña del presidente Guillermo Lasso.
Una diplomacia en la que no ve obstáculos para que su país tenga estrechas alianzas con dos rivales como China o Estados Unidos, y en la que, dice, primará por encima de todo “el interés de Ecuador y de los ecuatorianos”.
México: el primer objetivo
Con las negociaciones ya iniciadas, el acuerdo con México es crucial para poder acceder a la Alianza del Pacífico, en la que Ecuador ya tiene acuerdos con Chile, Perú y Colombia.
“Las negociaciones tienen cerca de un 80% de avance. Este enero será determinante para que nuestros ministros de Comercio Exterior puedan culminarla”, adelantó el ministro, que el viernes se reunió en Buenos Aires con su colega mexicano, Marcelo Ebrard, en el marco de una reunión de la Celac.
Preguntado sobre el otro 20%, refirió que las partes iniciaron el diálogo por “las coincidencias”, para “centrarse ahora precisamente en las divergencias”, entre las que figuran el camarón y el banano, de “mucha preocupación” para ambas partes.
Holguín dijo “entender” la posición de México, y aseguró que también Ecuador “será muy prudente en que no se vea vulnerada ninguna industria” para que “el acuerdo no perjudique a ningún ciudadano”.
Hombre de confianza de Lasso
Emprendedor desde los 18 años y candidato a alcalde de Quito en las pasadas elecciones municipales, en las que quedó quinto, el nuevo ministro está convencido de que “la pandemia” ha creado una nueva realidad.
“Para Lasso ha sido un punto de inflexión sobre lo que debe significar la diplomacia para nuestro Gobierno y que estamos en una nueva etapa que necesita mucho más pragmatismo, innovación y agilidad”, sostuvo.
Su nombramiento como jefe de la diplomacia ecuatoriana era parte de la rumorología quiteña desde hace dos meses, cuando se desempeñaba como embajador itinerante ad honorem en temas estratégicos.
Como hombre de confianza del presidente participó en la llamada “diplomacia de las vacunas”, con la que su país pudo inmunizar a más de doce millones de personas en una fugaz campaña contra el COVID-19.
La carambola diplomática
De esos meses recuerda con “agradecimiento” la asistencia de China, un país que Lasso, identificado con la centro-derecha, visitará en febrero.
“Más del 50% de nuestros ciudadanos han sido vacunados con Sinovac y Cansino, y eso es una muestra también del buen momento por el que pasan las relaciones con China”, subrayó.
El mandatario ecuatoriano busca la renegociación de una deuda de más de US$ 5,000 millones que Ecuador tiene con el gigante asiático, pero también el pistoletazo de salida a la negociación de un acuerdo de libre comercio.
“Este año tenemos un gran pago de deuda con China y es una deuda que, todos sabemos, fue negociada en condiciones no favorables para nuestro país”, recordó Holguín dentro de un pragmatismo que pone nerviosos a los estadounidenses.
Desde el 2017 Washington ha apostado por Ecuador como una isla a su favor en Sudamérica, con ayuda económica y respaldo político masivo para que el país andino obtuviera miles de millones de organismos multilaterales.
Y aunque contentos con su gobierno, el progresivo acercamiento de Lasso a Pekín despierta el recelo de Estados Unidos.
“Ecuador tiene que pensar en sus intereses y en los de sus ciudadanos. No podemos pensar el futuro sin pensar en todo el mundo. Tenemos que hablar con la mayor cantidad de potencias del mundo”, se justificó el ministro al defender la nueva estrategia diplomática.
Aliado estratégico para la inclusión
Más aún, quizá, porque el ansiado acuerdo con Estados Unidos, principal socio comercial de Ecuador, puede tardar años.
“Estamos enfocados en ir dando los pasos concretos que nos permita llegar a un tratado de comercio justo cuando la coyuntura política de Estados Unidos así lo determine”, argumento Holguín al reconocer la titánica tarea y sugerir que, quizá, “no hay que pensar necesariamente en un TLC como lo entendíamos antes”.
Ambos países tienen prevista una reunión para impulsar los protocolos preparativos acordados como parte de la negociación, cuatro de los cuales ya están firmados.
Y recuerda que las relaciones con Washington están en su mejor momento y deben ser leídas en todo su contexto, como ejemplifica el que su país haya sido elegido como beneficiarios de la iniciativa estadounidense “Reconstruir un Mundo Mejor (B3W)” junto a Panamá y Colombia.
Una iniciativa con la que el país andino aspira a lanzar proyectos de desarrollo contra la “desnutrición”, “alcantarillado”, “agua potable”, y a “tener como socio estratégico a Estados Unidos con una visión de inclusión social”.
Dentro de la nueva estrategia de comercio e innovación, Ecuador mira también a Rusia, Canadá, Israel, y la UE -con la que ya tiene un TLC pero con la que quiere una relación más profunda- y a concretar la visión de conseguir “la mayor cantidad de tratados en tres años”.