Latinoamérica es una de las regiones menos afectadas del mundo por los efectos de olas de calor que se prevén desde ahora hasta el 2050, según un estudio que este martes publica Unicef.
Este informe está centrado en el efecto en la infancia de esas olas de calor, definidas como periodos de al menos tres días en que las temperaturas suben un 10 % con respecto a la media de quince días.
El informe, titulado “El año más frío del resto de sus vidas”, señala que 538 millones de niños están expuestos actualmente a olas de calor largas (de 4,7 días como mínimo cada vez); y esta cifra puede escalar en el 2050 a los 1,600 millones de niños en caso de un calentamiento de 1.7 grados, mientras que llegará a los 1,900 millones en caso de calentamiento extremo (2.4 grados).
Los efectos dramáticos que recoge el informe se van a sentir principalmente en Europa, mientras que África y Asia son señaladas como las regiones donde la mitad de los niños van a estar expuestos con gran frecuencia a temperaturas extremadamente altas, es decir, con al menos 83 días al año con termómetros por encima de los 35 grados.
Varios países aparecen mencionados como los más expuestos a las olas de calor en el futuro inmediato, ya sea en su intensidad o en su duración en el tiempo, y entre ellos aparecen principalmente los del Sahel (Burkina Faso, Chad, Mali, Níger y Sudán), del subcontinente indio (India y Pakistán) o Arabia Saudí e Irak, pero ninguno es latinoamericano.
El informe recoge mapas del mundo coloreados según la severidad o duración de los efectos de las olas de calor, y Latinoamérica aparece mejor parada que los demás continentes; dentro de Suramérica, hay dos regiones más vulnerables al calor: el interior de Brasil y casi toda Venezuela.
En cualquier caso, las recomendaciones del informe son las mismas para todo el mundo en lo referente a la protección de la infancia: mejorar la concienciación de la infancia a nivel educativo, garantizar el acceso al agua y una buena higiene infantil y priorizar a las edades más bajas cuando se habla de financiación climática.