La elección del nuevo líder conservador británico, que se convertirá automáticamente en primer ministro reemplazando a Boris Johnson, entró el lunes en su última semana, con la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, como gran favorita, en un contexto económico y social complicado.
Truss, de 47 años, supera por más de 30 puntos al exministro de Finanzas, Rishi Sunak, en las últimas encuestas realizadas entre los afiliados al Partido Conservador, que decidirán la contienda, iniciada a principios de julio cuando Johnson se vio obligado a dimitir acosado por los escándalos.
Los militantes conservadores han votado por correo y en línea desde principios de mes para designar a su nuevo líder en un proceso que se cierra el viernes.
El ganador se anunciará el próximo lunes e inmediatamente tomará las riendas del gobierno para hacer frente a la crisis económica que vive el país, amenazado con un otoño de protestas y huelgas en un contexto de inflación descontrolada que alcanza ya el 10% y se encamina a superar el 13% a finales de año.
Ocho candidatos conservadores se postularon en julio para suceder al controvertido Johnson, entre los que los diputados del partido designaron a dos, en sucesivas votaciones eliminatorias, para someterlos a la elección por las bases.
El Reino Unido se encontrará así en una semana con un nuevo jefe de gobierno elegido únicamente por unos 200.000 afiliados a la formación gubernamental, mientras el resto del país observa impotente con un interés relativo.
¿Bajada de impuestos o ayudas públicas?
Frente a unos británicos preocupados por la carestía de la vida, especialmente cuando a partir de octubre suba un 80% el tope tarifario de la energía, los dos candidatos se han enfrentado en varios debates televisivos, además de recorrer numerosas ciudades haciendo campaña.
Sunak, de 42 años, un multimillonario exbanquero de abuelos inmigrantes indios, era el gran favorito entre los diputados conservadores.
Pero al encontrarse frente a las bases del partido como finalista contra la ministra de Exteriores, que pasó a la última vuelta por solamente ocho votos, empezó a perder terreno, acusado por muchos de haber precipitado la dimisión de Johnson con su propia renuncia en julio.
“En un partido que ha evolucionado hacia el populismo, ella (Liz Truss) ha sabido presentarse de una manera más auténtica, más natural que Rishi Sunak, a quien se asimila fácilmente con la élite globalizada”, señala Tim Bale, politólogo de la Universidad Queen Mary de Londres.
Truss “logra transmitir fácilmente los mensajes conservadores tradicionales”, añade John Curtice, experto de la Universidad de Strathclyde.
La campaña ha estado dominada por cómo responder a la crisis económica y social.
Truss prometió inmediatas bajadas de impuestos asegurando que la inminente recesión no es inevitable y que la modificación tras el Brexit de las reglas comerciales y finacieras heredadas de la Unión Europea permitirá impulsar el crecimiento económico.
Por su parte, Sunak defendió la necesidad de mantener las subidas de impuestos decididas por él mismo antes de dejar la cartera de Finanzas y ofrecer ayudas públicas a los más desfavorecidos. Y acusó a su rival de defender una “economía de cuento de hadas”.
Si se convierte en primera ministra, Truss será la tercera en la historia del país tras las también conservadoras Margaret Thatcher (1979-1990) y Theresa May (2016-2019).
Pero las próximas elecciones generales están previstas en enero de 2025 a más tardar y los sondeos dan al opositor Partido Laborista 13 puntos de ventaja sobre un Partido Conservador que lleva 12 años en el poder.