JPMorgan Chase & Co. de repente se encuentra atrapado en medio de la lucha por el poder en Venezuela. El dilema ronda los índices de bonos del banco, que durante mucho tiempo han sido los estándares del sector para evaluar el desempeño de los mercados emergentes.
Después de que Estados Unidos impuso sanciones radicales al régimen de Nicolás Maduro la semana pasada, las operaciones con la deuda impaga del país quedaron paralizadas, un acontecimiento que normalmente impulsaría a JPMorgan a retirar las notas de sus índices.
Pero los bonistas, así como algunos políticos venezolanos alineados con Juan Guaidó, el legislador respaldado por EE.UU. que intenta expulsar a Maduro, ahora están presionando activamente para que JPMorgan mantenga la deuda en el índice.
Para los acreedores, el razonamiento es sencillo: eliminar a Venezuela del índice los presionaría a deshacerse de los valores a precios bajísimos.
Para quienes apoyan a Guaidó, es un poco más complicado. Su preocupación es que, al obligar a los fondos mutuos, ETF y otros inversionistas tradicionales a desprenderse de la deuda, esta terminará en manos de fondos de cobertura que son más agresivos y potencialmente incluso litigiosos en las reestructuraciones de bonos.
Eso, a su vez, perjudicará sus esfuerzos por imponer un recorte considerable a los acreedores, una parte clave de su plan para estabilizar el país devastado por la crisis si logran tomar el poder.
Argentina
Un grupo de legisladores venezolanos ha estado realizando llamadas a funcionarios de JPMorgan. Temen una reestructuración desordenada de la deuda similar a la que se vio en Argentina después de su default en el 2001, lo que originó años de disputas legales que dejaron al país excluido de los mercados internacionales de capital durante más de una década.
Algunos fondos de cobertura con sede en Londres ya han mostrado un mayor interés en la deuda venezolana ante la posibilidad de que pronto se vuelva barata.
"Ha habido conversaciones con JPMorgan", dijo Carlos Paparoni, un legislador de la oposición y presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso. "Nuestro interés está en una reestructuración rápida, confiable y amigable".
A principios de esta semana, un contingente de acreedores, entre ellos Greylock Capital y Goldman Sachs Group Inc., se reunió con funcionarios del Departamento del Tesoro para expresar su temor a tener que vender con grandes descuentos si Venezuela se retiraba del índice, según tres personas al tanto del asunto. Las notas de referencia del país con vencimiento en 2027 se negociaron por última vez en alrededor de 33 centavos por dólar.
JPMorgan declinó hacer comentarios, pero el lunes confirmó que estaba reconsiderando la inclusión de Venezuela en sus índices. Goldman Sachs y Greylock prefirieron no comentar. El Departamento del Tesoro no respondió a las solicitudes de declaraciones.
Si bien los bonos venezolanos durante muchos años representaron al menos el 5% de los índices de referencia de JPMorgan, esa ponderación ha disminuido a menos del 2 por ciento más recientemente.
Sin embargo, fue suficiente como para llevar a la mayor parte de los fondos mutuos de mercados emergentes a tener cierta exposición a la deuda, la mayor parte de la cual cayó en incumplimiento de pago durante el último año y medio, ya que la economía de Venezuela se vio afectada por la hiperinflación, la caída de la producción petrolera y una escasez generalizada.