Investigadores del estatal centro científico venezolano IVIC alertaron sobre el uso de la vacuna Abdala, que se produce en Cuba y cuya inoculación comenzó en una zona de Caracas, porque dicen que aún no se han completado los ensayos clínicos y carece de la autorización de reguladores mundiales.
El chavista régimen de Venezuela inició el domingo la aplicación de la vacuna en residentes de edificios ubicados en el principal complejo militar de Caracas, pocos días después de recibir el primer lote del producto cubano.
“Para que un candidato vacunal pueda ser considerado vacuna es importante asegurar y cumplir con las fases clínicas de evaluación de cualquier biológico y que estos estudios sean publicados en revistas avaladas por pares y aprobados por alguna agencia reguladora”, dijo la Asociación de Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
Ante estas circunstancias, “consideramos que el biológico Abdala es todavía un candidato vacunal y por ende su administración debería realizarse bajo la modalidad de ensayo clínico en nuestro país, con el consentimiento informado de los voluntarios”, agregó.
Los científicos dijeron que se requiere el aval de la agencia reguladora cubana Cecmed y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los investigadores solicitaron “con urgencia” acelerar la vacunación contra el coronavirus en Venezuela, con dosis “de reconocida eficacia y avaladas por agencias internacionales”.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro denunció recientemente “el bloqueo” de los últimos cuatro pagos al sistema COVAX para poder comprar 5 millones de vacunas. El país ha cancelado US$ 109 millones de la cuota de US$ 120 millones que le corresponde, según las autoridades.
Venezuela, con 28 millones de habitantes, ha recibido desde febrero unas 3.5 millones de vacunas rusas y chinas, y el plan de vacunación ha sido lento y confuso, de acuerdo con especialistas.