La relación con Venezuela provocó un nuevo desencuentro entre Rusia y Colombia. Los gobiernos de ambos países han tenido en los últimos dos días un cruce de señalamientos después de que Colombia advirtiera que Rusia estaría participando en una “injerencia extranjera en el borde de la frontera” con Venezuela, sin mostrar pruebas.
Este tipo de desencuentros no son nuevos. El más reciente sucedió en abril del 2019 cuando Colombia señaló que cualquier incursión militar a favor del ilegítimo régimen de Nicolás Maduro representaría una amenaza para la estabilidad en la región luego de que Rusia enviara dos aviones y casi un centenar de militares a Venezuela.
“Hasta ahora no se ha configurado un conflicto diplomático, hay unas diferencias por las declaraciones dadas”, dijo Carlos Alberto Patiño, experto en relaciones internacionales y profesor de la Universidad Nacional de Colombia.
Rusia es un fuerte aliado político, económico y militar del régimen chavista desde que Hugo Chávez llegó al poder, mientras que su vecino Colombia no reconoce al gobierno de Maduro y, por tanto, no tiene relaciones diplomáticas. En cambio, avala al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino.
“Evidentemente hay desde hace tiempo una prevención por el armamento ruso que se dice que hay en Venezuela, porque existe. Colombia no tiene ruso pero tiene estadounidense, todos los países compran en alguna parte”, indicó Julio Londoño, exembajador de Colombia en Cuba.
El presidente colombiano, Iván Duque, abogó este viernes por mantener las vías diplomáticas con Rusia al tiempo en que anunció que hablará con la representación diplomática de ese país para “entender un poco cuál es la asistencia militar que se está brindando en Venezuela, por qué la presencia de algunos equipamientos en ese país”, detalló.
La AP solicitó a la Presidencia colombiana más información sobre los equipamientos y la asistencia militar mencionada por Duque sin obtener respuesta de inmediato.
La víspera la Embajada de Rusia en Colombia llamó la atención en un comunicado sobre las acusaciones “sin fundamento” e “inapropiadas” por parte del ministro de Defensa colombiano, Diego Molano, quien dijo que han sido movilizados hacia la frontera con Colombia “algunos hombres y unidades de la Fuerza Militar Bolivariana con el apoyo y la asistencia técnica de Rusia y con el apoyo y la asistencia técnica de Irán”.
Colombia y Venezuela mantienen en sus departamentos fronterizos de Arauca y Apure, respectivamente, tropas militares a raíz de un enfrentamiento que se presenta entre los grupos al margen de la ley, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que han dejado más de 20 personas muertas y 2,000 desplazados del lado colombiano. Colombia, además, señala a Venezuela de dar protección a dichos grupos, mientras el régimen chavista lo niega categóricamente.
Se suma que las crecientes tensiones entre Rusia y Ucrania han llegado en escala a Latinoamérica debido a que varios altos funcionarios rusos han advertido que podrían desplegar tropas hacia Cuba y Venezuela.
En medio de estas advertencias Maduro y el presidente ruso Vladimir Putin hicieron pública una llamada telefónica en la que hablaron sobre la cooperación entre ambos países.
“Lo veo como parte de unas tensiones geopolíticas mayores, porque hay un interés por parte del chavismo en Venezuela de mantener una relación muy estrecha desde el punto de vista militar y armamentista con Rusia, para responder precisamente la relación que Colombia ha venido estrechando con Estados Unidos”, explicó Víctor Mijares, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Los Andes.