Los acreedores de la deuda externa cubana quieren volver a la carga y negociar en próximos meses con el gobierno de la isla, que tiene voluntad de pago, pero enfrenta una complicada situación por el endurecimiento del embargo estadounidense y por la ausencia de turistas debido a la pandemia.
Cuba había logrado encarrilar en parte la moratoria que arrastraba, pero las dificultades que enfrenta actualmente la llevaron a dejar de pagar adeudos a países acreedores, agrupados en el Club de París, así como a entidades privadas, que gestionan esos montos a través del Club de Londres. Ambos grupos se proponen ahora negociar con la isla.
El Club de París tiene la intención de proponer entre mayo y junio un nuevo calendario de pagos, dijo una fuente diplomática.
En tanto, el fondo de inversión CRF I Ltd, que detenta la mayor parte (US$ 1,500 millones) de deuda en manos de privados, acaba hacer una oferta al presidente Miguel Díaz-Canel, que supone una reestructura con quita del 60%, según una carta de la que la AFP obtuvo una copia.
Situación “más complicada”
Pero en Cuba “la situación está todavía más complicada” que en el 2020, señaló el economista Omar Everleny Pérez, del centro cristiano de Reflexión y Diálogo.
“¿De dónde vamos a pagar? Es cierto que hay voluntad de pago” de parte del gobierno, pero también “es cierto que las personas no tienen comida”, reflexionó.
El PBI se desplomó 11% en el 2020, su peor caída en casi 30 años. Las importaciones, que cubren el 80% del consumo del país, son las más bajas desde el 2009. La escasez se agravó y las colas son más largas frente a las tiendas.
“No le puedes pedir a un país que está ahogado con esta pandemia que haga un esfuerzo adicional”, consideró Pérez.
Durante la reciente Cumbre Iberoamericana, Díaz-Canel hizo un llamado a “un orden económico internacional justo”.
“Los países en desarrollo cargan el insoportable peso de una deuda externa, pagada ya mil veces, y algunos, adicionalmente, sufren el impacto de medidas coercitivas unilaterales”, declaró en referencia al embargo estadounidense sobre la isla desde 1962.
Con la pandemia, el tema de la deuda de países pobres volvió a la palestra: el G20 acordó una moratoria de un año a 74 países, renovada recientemente por seis meses.
El Banco Mundial y el FMI tienen líneas de crédito disponibles, pero Cuba no es parte de estos organismos y está sola frente a sus acreedores.
En el 2015, el Club de París condonó US$ 8,500 millones de deuda sobre el total de US$ 11,100 millones que le debía Cuba. El pago del pasivo restante se escalonó hasta el 2033, y en el 2020 el Club de París otorgó al gobierno cubano una moratoria de un año.
Antes, Cuba recibió condonaciones por US$ 6,000 millones por parte de China en el 2011, US$ 487 millones por parte de México en el 2013 y US$ 35,000 millones por parte de Rusia en el 2014.
El país está en default con Brasil desde el 2018 y le deba a Argentina US$ 2,700 millones por una deuda contraída en los años 1970.
“Retorno sin problemas”
“Yo creo que sí hay voluntad” de cumplir con sus compromisos, coincidió Pavel Vidal, economista cubano de la universidad Javeriana de Cali (Colombia).
Pero, “hay otros factores exógenos que en estos momentos influyen en la balanza de pagos cubana”, como la pandemia y las sanciones estadounidenses.
Desde hace meses, el gobierno hace campaña, en redes sociales y con manifestaciones dentro y fuera de, Cuba para exigir el fin del embargo, reforzado durante el gobierno de Donald Trump.
“Si en más de seis décadas esa política cruel ha provocado carencias a la familia cubana, en el último año, en medio de la pandemia, ha pretendido casi asfixiarnos”, tuiteó Díaz-Canel.
Para John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Cuba-Estados Unidos, “será necesaria otra reprogramación (de la deuda) y los países participantes (ndlr: acreedores) están preparados” porque “tienen poca ventaja y Cuba lo sabe”.