Al aceptar el primer aplazamiento en los 124 años de historia de los Juegos Olímpicos modernos, los organizadores, patrocinadores, deportistas y fanáticos de Tokio 2020 ahora enfrentan una nueva serie de preguntas y desafíos logísticos. Hay una razón por la que toma muchos años y miles de millones de dólares organizar los juegos: el evento de dos semanas se construye en una torre Jenga de miles de intereses económicos independientes.
No obstante, respecto a la cancelación total de las competiciones o el intento de mantener una versión reducida, el aplazamiento resultó ser la mejor de un conjunto de malas opciones, para Tokio, que esperaba un repunte del turismo y la hotelería en torno a los juegos, para el Comité Olímpico Internacional, que obtiene el 73% de sus ingresos de los organismos de radiodifusión y de los patrocinadores, las empresas que ya han gastado tiempo y millones para construir una estrategia publicitaria en torno a los juegos.
La variable más grande de todas –el camino de la pandemia de coronavirus– está fuera de control. Si continúa sin cesar, los organizadores de los Juegos Olímpicos tendrían que volver a empezar nuevamente. Pero suponiendo que la situación mejore, no empeore, estas son las cuatro preguntas más importantes que necesitan respuestas rápidas.
¿Cuándo comenzarán los juegos?
Los organizadores dijeron que los juegos se realizarían en algún momento dentro de los primeros nueve meses del 2021 y que tienen bastante margen de maniobra. No hay una fecha fija ni una exigencia de que se lleven a cabo en el verano septentrional. Mientras que “al mismo tiempo, el próximo año” tiene una atractiva simplicidad, un comienzo más temprano o más tardío evitaría las altas temperaturas que hasta hace poco representaban los mayores riesgos para la salud de los atletas y espectadores.
Los dos deportes olímpicos más importantes realizarán sus principales torneos internacionales el próximo verano: el Campeonato Mundial de Natación está programado para las últimas dos semanas en julio en Japón, seguido inmediatamente por el Campeonato Mundial de Atletismo en Estados Unidos. Ambas federaciones están en contacto con el COI y dijeron que serían flexibles dentro de lo razonable, según NBC Sports. El torneo de natación descartó un retraso hasta 2022, mientras que el de atletismo podría evaluarlo.
¿Quién pagará?
El retraso será costoso, con estimaciones que empiezan en 300,000 millones de yenes (US$ 2,700 millones) y siguen elevándose. Los mayores costos adicionales provienen de mantener a los empleados en la nómina, además del mantenimiento de las sedes vacías. El Comité Olímpico Japonés dijo que deberá discutir si volverá a los patrocinadores locales, como Asics Corp., Asahi Group Holdings y NEC Corp, aunque algunos podrían aprovechar la oportunidad para repensar o renegociar sus compromisos. El presidente de Tokyo Gas Co., Takashi Uchida, dijo que la compañía aún no había decidido si seguirá adelante con su acuerdo.
Si los patrocinadores no se hacen cargo, el gobierno municipal y el COI –junto con las posibles aseguradoras– tendrán que discutir quién es responsable del déficit. El contrato de la ciudad anfitriona entre Tokio y el COI no aborda el aplazamiento; cualquier disputa entre ambas partes puede remitirse al Tribunal de Arbitraje Deportivo en Lausana. También es posible que el gobierno nacional pueda brindar algún alivio.
¿Dónde se realizarán los juegos?
Si bien el Estadio Olímpico diseñado por el arquitecto japonés Kengo Kuma estará indudablemente disponible al momento en que se programen los juegos, varias de las sedes olímpicas ya están reservadas para el 2021. El Foro Internacional de Tokio, que albergaría el levantamiento de pesas, comienza a reservar con dos años de anticipación y tiene eventos reservados durante ese período de tiempo, según un portavoz. El estadio de artes marciales Nippon Budokan también tiene reservas hasta marzo por lo menos, y el centro de convenciones Makuhari Messe y el Centro Internacional de Exposiciones de Tokio suelen organizar cientos de eventos que se repiten todos los años.
Si los lugares ya elegidos no están disponibles, tendrán que encontrar otros nuevos. La congestión del calendario será un problema para los estadios de cualquier tamaño en cualquier lugar, y los organizadores tendrían que buscar otros sitios. Algunos eventos podrían trasladarse a partes más alejadas de Japón o incluso fuera del país. Los eventos náuticos a menudo se realizan fuera de las ciudades anfitrionas sin litoral, así como las competiciones ecuestres que se llevaron a cabo en Estocolmo en 1956 y Hong Kong en el 2000 para evitar cuarentenas y otros problemas de viajes equinos.
¿Quién quiere ir?
Los Juegos Olímpicos de Tokio se perfilaban como el boleto más popular en los deportes, con dos tercios de los 7,8 millones de entradas disponibles vendidas o distribuidas. Ahora, con las fechas, horarios y lugares en duda, quienes tienen boletos aún no saben si estos serán retribuidos por eventos reprogramados o si el comité ofrecerá reembolsos; según los términos y condiciones oficiales, no tienen que hacerlo. Esto deja en el limbo a personas como el productor de cine Shinichi Takahashi de Tokio, quien pagó 216,000 yenes (US$ 1,950) por cuatro boletos para eventos de atletismo. “Dada la situación del COVID-19, la decisión fue inevitable, pero espero que el comité anuncie pronto su política con respecto a los reembolsos”, dijo.
Las estrellas de las olimpiadas, los atletas, fueron el coro más ruidoso que solicitaba un aplazamiento, incluso a expensas de su propia oportunidad. Las federaciones deportivas mundiales y las selecciones nacionales tendrán que decidir qué hacer con los deportistas que ya clasificaron, cómo seleccionar al resto y cómo rehacer sus propios calendarios deportivos, donde cada uno representa una constelación un poco más pequeña de lugares, patrocinadores, fechas y organización.
¿Es un año tiempo suficiente?
Si bien es difícil imaginar que el brote de coronavirus no esté bajo control en el corto plazo, los expertos dicen que puede llevar meses contenerlo. Una vacuna es aún más lejana: los ensayos clínicos acaban de comenzar y no concluirán antes de fin de año.
La trayectoria del virus está fuera del control de los organizadores de los Juegos Olímpicos, por supuesto. Pero si el entrenamiento, los viajes y las grandes reuniones públicas siguen siendo un grave riesgo para la salud durante un largo período de tiempo, es posible que los juegos del 2020 tampoco se realicen en el 2021.