El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó este miércoles que todavía es posible alcanzar una tregua y un acuerdo de liberación de rehenes para poner fin a la guerra entre Hamás e Israel, que sigue asolando la Franja de Gaza.
Por su parte, el movimiento chiita libanés Hezbolá, aliado de Hamás, lanzó una andanada de proyectiles hacia el norte de Israel, un día después de que un ataque israelí matara a uno de sus altos cargos.
Blinken se encontraba en el marco de su gira por Oriente Medio en Catar, uno de los mediadores en el conflicto junto con Estados Unidos y Egipto que examinan actualmente la respuesta de Hamás al plan para un alto el fuego en el territorio palestino.
Entre los reclamos del movimiento islamista palestino, “algunos cambios son realizables, otros no”, declaró el secretario de Estado norteamericano.
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Osama Hamdan, alto cargo del movimiento islamista, declaró a AFP que las enmiendas propuestas exigen “un alto el fuego permanente y la retirada completa” de las tropas israelíes de Gaza, requisitos de Israel rechaza.
El plan, anunciado por Biden y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU y potencias árabes, contempla en una primera fase un alto el fuego de seis semanas, el canje de rehenes por presos palestinos, la retirada del ejército israelí de las zonas pobladas de Gaza y el ingreso de ayuda humanitaria.
“Estamos determinados a intentar subsanar los huecos. Y creo que esos huecos se pueden remediar”, indicó Blinken, añadiendo que depende de Hamás.
Estados Unidos presentó la propuesta como una iniciativa israelí, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu, cuyo gobierno cuenta con miembros de extrema derecha que se oponen firmemente al acuerdo, aún no la respaldó formalmente.
La oficina de Netanyahu indicó que iba a convocar una “evaluación de seguridad” el miércoles “a la luz de los acontecimientos en el norte y la respuesta negativa de Hamás sobre la cuestión de la liberación de los rehenes”.
Bombardeos y enfrentamientos
La guerra en Gaza, que ya entró en su noveno mes, también acarreó un repunte de las tensiones en la frontera de Israel con Líbano.
El ejército israelí anunció que unos 150 cohetes fueron lanzados desde Líbano hacia Israel este miércoles por la mañana, después de que un bombardeo israelí matara a un comandante de Hezbolá la víspera en el sur de Líbano.
Algunos fueron derribados y otros impactaron en Israel provocando incendios, indicó la misma fuente, que no informó de víctimas.
Hezbolá también reivindicó más de otros 10 ataques contra el ejército israelí, uno de ellos con drones.
El jefe de su comité ejecutivo, Hashem Safieddin, afirmó que el movimiento “aumentará [sus] operaciones en intensidad, potencia, número y calidad”.
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Blinken afirmó que “la mejor manera” de resolver los habituales enfrentamientos entre Hezbolá y el ejército israelí es “resolver el conflicto en Gaza y alcanzar un alto el fuego”.
La guerra estalló el 7 de octubre cuando milicianos islamistas mataron a 1,194 personas y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un balance basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 rehenes siguen cautivos en Gaza, aunque 41 de ellos estarían muertos.
La operación lanzada por Israel contra Gaza ha dejado 37,202 muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás.
“Crímenes contra la humanidad”
El Foro de Familias de Rehenes instó a Israel a enviar negociadores lo antes posible, advirtiendo de que “cualquier retraso puede poner en peligro la posibilidad de llegar a un acuerdo”.
Algunos habitantes de Gaza pidieron a Hamás que haga más por garantizar un acuerdo.
“Hamás no ve que estamos cansados, muertos, destruidos”, declaró a la AFP un hombre en Gaza, que dijo llamarse Abu Shaker.
“¿A qué están esperando?”, añadió. “La guerra debe terminar cueste lo que cueste”.
Las fuerzas israelíes mantienen sus operaciones en la Franja, donde un testigo declaró que se estaban produciendo “bombardeos aéreos y de artillería” en Rafah.
Un niño murió en el bombardeo de su casa en esta ciudad del sur del territorio, indicó un médico del hospital Nasser. También hubo tiros de artillería en la ciudad cercana de Jan Yunis, según testigos.
En el norte, la Defensa Civil informó de al menos cuatro muertos en el bombardeo de una casa en Ciudad de Gaza, donde un hospital había reportado anteriormente siete fallecidos.
La ofensiva israelí llevó a una comisión de investigación de la ONU a considerar que Israel es responsable de “crímenes contra la humanidad”, incluyendo el de “exterminio”, en la Franja de Gaza.
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La comisión también acusó a las autoridades israelíes y a siete grupos armados palestinos, incluyendo el brazo armado de Hamás, de crímenes de guerra.
La embajada de Israel en Ginebra señaló a la comisión por “discriminación sistemática” en su contra.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que el conflicto ha registrado “un nivel de destrucción y un número de víctimas en la población palestina sin precedentes”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que más de 8,000 niños menores de cinco años recibieron tratamiento por desnutrición aguda en Gaza.
“A pesar de los informes sobre el aumento de la entrega de alimentos, actualmente no hay pruebas de que quienes más los necesitan estén recibiendo alimentos en cantidad y calidad suficiente”, declaró el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.