En la campiña sudafricana, antes una de las regiones más ricas en oro del mundo, el productor de gas natural Renergen encontró otro recurso prometedor: un yacimiento de helio, esencial para los chips electrónicos, los escáneres médicos o la exploración espacial.
El hallazgo no solamente coloca a Sudáfrica entre la decena de países productores de este recurso en el mundo, sino que sitúa su yacimiento como el más rico y limpio del planeta según Renergen, que prevé tenerlo operativo en pocos meses.
Stefano Marani y Nick Mitchell, consejero delegado y director de la explotación, no buscaban helio cuando compraron en el 2012 los derechos del gas en esta zona de 187,000 hectáreas.
Les costó apenas un dólar puesto que los propietarios querían desprenderse de ese activo por las numerosas deudas asociadas, explica Marani.
Su idea inicial era usar el gas natural de cuatro pozos preexistentes para aportar el combustible a una mina de oro adjunta. “Esto tenía que ser un pequeño proyecto secundario para nosotros”, explica el consejero delegado.
Tomaron algunas muestras para analizar la composición química. “Entonces entendimos que habíamos dado con algo especial”, dice Marani.
Las pruebas desvelaron que las concentraciones de helio en el gas eran de entre el 2% y 4%, notablemente por encima de lo habitual.
Según Jon Gluyas, director del instituto de energía de la universidad británica de Durham, las concentraciones inferiores a 1% pueden ser comercialmente viables en función de la infraestructura existente en el lugar y del resto de gases presentes en la mezcla.
En Estados Unidos, por ejemplo, el helio se extrae con concentraciones del 0.3%.
Exploraciones más reposadas en el yacimiento sudafricano permitieron encontrar concentraciones de hasta el 12%, indicó Renergen.
El mercado mundial de helio estaba valorado en US$ 10,600 millones en el 2019, según la firma Research and Markets.
Sin fracturación hidráulica
Renergen calcula que sus reservas de helio pueden llegar a 9,740 millones de metros cúbicos que, según Marani, representarían un valor de más de US$ 100,000 millones.
Otras estimaciones más prudentes sitúan el volumen contenido en 920 millones de metros cúbicos.
Estados Unidos, históricamente el gran productor de helio mundial, dispone de 9,540 millones de metros cúbicos de reservas probadas y probables. Los otros grandes productores son Catar y Argelia.
Pero Chris Ballentine, titular de la cátedra de geoquímica en Oxford, recuerda que esta producción es una feliz consecuencia de la extracción de gas natural licuado (GNL).
Aunque es menos nocivo que el petróleo, este combustible también contribuye al cambio climático y activistas medioambientales piden una reducción de su consumo.
“Ya vemos las presiones ejercidas en el suministro de hidrocarburos por los objetivos climáticos. Si el GNL desaparece, el abastecimiento de helio desaparecerá también”, advierte.
“Es esencial descubrir aprovisionamientos primarios en helio y el de Renergen entra dentro de esta categoría”, añade.
Lo que distingue el hallazgo de Sudáfrica es la forma de extraer el gas.
La producción típica de GNL necesita fracturación hidráulica, que consiste en inyectar agua a presión, arena o productos químicos en la roca para liberar petróleo o gas.
La contaminación de las aguas subterráneas y los temblores de tierra menores que provoca, además de los combustibles fósiles que ayuda a extraer, la hacen una práctica controvertida. “No usamos la fracturación”, dice Marani.
“Nuestras rocas ya están fisuradas, hay una fractura gigante bajo tierra. Cuando perforamos, lo hacemos precisamente en esta fractura donde se encuentra el gas que se escapa de forma natural, sin otro estímulo”, explica.
Renergen está instalando actualmente una veintena de pozos de 500 metros de profundidad. El gas obtenido se utiliza en un proyecto piloto para propulsar autobuses menos contaminantes.
También está previsto poner en marcha antes de fin de año estaciones de repostaje de GNL para camiones en Sudáfrica en una colaboración con el grupo energético francés Total.
Y lo más importante, a principios del 2022 quieren tener operativa una fábrica para licuar cada día 350 kilos de helio a -269 ° centígrados para ser exportados a todo el mundo.
En los próximos años, la sociedad pronostica una producción de cinco toneladas diarias, lo que supone un 7% de la producción mundial. “Enorme”, resume Marani.