El año 2022 será el de las grandes maniobras para el Estado francés accionista, que viene en apoyo del grupo eléctrico EDF y se prepara también a rescatar a Air France-KLM, dos “joyas de la corona” del país en dificultades.
El viernes, el gobierno anunció que el Estado contribuirá con 2,100 millones de euros para una ampliación de capital de 2,500 millones decidida por EDF, del que el Estado es accionista en 84%.
“El objetivo es permitir a EDF que restaure sus cuentas, que pueda reinvertir en el futuro”, justificó el ministro de Economía Bruno Le Maire.
El gobierno francés se prepara asimismo para venir en ayuda de Air France-KLM, otra de las empresas históricas francesas, en grandes dificultades debido a la pandemia y sus nefastos efectos en el sector aéreo.
La compañía aérea redujo sus pérdidas el año pasado, pero se ha declarado dispuesta a lanzar una nueva operación de recapitalización de hasta 4,000 millones de euros para consolidar sus cuentas.
Entre otras soluciones, se contempla una ampliación de capital a la que va a contribuir el Estado, accionista con una participación del 28.6%.
“Esperamos la decisión de Air France. Estaremos siempre al lado de Air France, como lo hemos estado desde el principio de esta crisis” afirmó Bruno Le Maire este viernes en la radio RTL.
Los Estados francés y holandés podrían participar en esta operación al “prorrateo” de sus participaciones actuales, y “a través de una compensación parcial” de las ayudas que han otorgado al grupo Air France-KLM.
“El tema está sobre la mesa, hay que esperar que la cotización en bolsa aumente a un nivel más óptimo” para semejante operación, explica una fuente cercana al caso.
Hace un año, en abril del 2021, el Estado ya había convertido en casi fondos propios 3,000 millones de euros de préstamos, participando en una ampliación de capital de 1,000 millones de euros, igual que en Alemania el Estado había acudido al rescate de la compañia aérea Lufthansa, recapitalizándola en el 2020.
Costes significativos
Para EDF, como para Air France-KLM, la ayuda del Estado es indispensable para una recuperación financiera.
“Hay detrás de todo ello una verdadera estrategia económica, es la estrategia de apoyo a las joyas industriales francesas” insiste Le Maire, quien recuerda asimismo el apoyo del Estado a Renault a través de un préstamo garantizado durante la crisis.
“Es indispensable que las empresas puedan reconstituir sus fondos propios a un nivel que les permita refinanciarse en los mercados” es decir, ante inversores privados, se explica en Bercy, la sede del ministerio francés de Economía.
Aunque los importes son elevados, estas financiaciones no suscitan polémica para el Estado, que desde el 2020 se ha otorgado importantes márgenes de maniobra presupuestarios.
Para el 2022, el gobierno ha previsto hasta 7,000 millones de euros para operaciones en capital, según los documentos presupuestarios publicados en el pasado otoño boreal.
La Agencia de participaciones del Estado (APE), que gestiona las participaciones públicas en las grandes empresas, prepara también para el futuro ejecutivo que saldrá de la elección presidencial de abril próximo, una evolución de su doctrina para tener en cuenta las dificultades de las empresas a las que espera ayudar.
Sin embargo, el Tribunal de cuentas francés (La Cour des comptes) expresó su preocupación, en un informe publicado este mes, por los “costes que pesarán” sobre la APE debido “a las necesidades de recapitalización causadas por la crisis sanitaria”.
“Los efectos retardados de la crisis sobre las participaciones gestionadas por la APE podrían ser significativos” advirtió este tribunal de cuentas.