(Foto: iStock)
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Frente a la nueva ley de seguridad nacional impuesta por a, el propone conceder la ciudadanía a parte de los habitantes de su excolonia, pero se enfrenta un obstáculo de peso, China, que podría frustrar cualquier intento en este sentido.

El primer ministro británico, , cumple así su promesa a la población de ese territorio, que fue devuelto a China en 1997, a raíz de la aprobación de una ley que, según Londres y la mayoría de países occidentales, viola la autonomía de Hong Kong.

¿Pueden todos obtener el pasaporte?

La propuesta del Reino Unido concierne a 2.9 millones de los 7.5 millones de habitantes de Hong Kong, que tienen un pasaporte como Nacional Británico de Ultramar (BNO) o son elegibles a tenerlo.

Podrán vivir y trabajar en el Reino Unido durante cinco años, en comparación con los seis meses actuales, y finalmente solicitar la ciudadanía británica.

Pekín, que no permite la doble nacionalidad, afirmó el jueves que considera a estos ciudadanos de Hong Kong como ciudadanos chinos de pleno derecho.

En el Reino Unido, algunas fuentes afirman que esto concerniría principalmente a personas mayores, que tenían derecho a obtener estos pasaportes especiales antes de la devolución de 1997.

El ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, aseguró que no habrá cupos y que los familiares a cargo de quienes tengan derecho a ello también pueden solicitarlo.

Raab admitió que es probable que solo "algunos" hongkoneses formen parte del proceso.

¿Qué pasa si China se niega?

La embajada china en Londres emitió un airado comunicado el jueves advirtiendo que Pekín tomará medidas de represalia contra Londres, sin especificar cuáles.

China nunca ha planteado la idea de ofrecer a los residentes británicos una ruta hacia la ciudadanía china y tal perspectiva parece poco probable.

Pero Pekín podría negar a los habitantes de Hong Kong que reúnan las condiciones necesarias el derecho a salir o reafirmar su jurisdicción legal sobre el proceso de migración.

"Si la parte británica cambiara unilateralmente la norma actual, constituiría una violación de su propia posición así como una violación del derecho internacional", advirtió la embajada.

El jefe de la diplomacia británica reconoció el miércoles que "poco" podría hacerse para obligar a China a permitir que los hongkoneses se vayan.

¿Qué más puede hacer el Reino Unido?

En su búsqueda de socios --y de bienes baratos-- tras su salida de la Unión Europea a finales de enero, Londres ha tratado de fortalecer sus relaciones con China.

Pero Johnson está siendo presionado por sus propias filas conservadoras para abandonar este enfoque.

Su gobierno ya está tratando de prescindir del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei en su red 5G, pero hasta ahora le ha resultado difícil encontrar soluciones alternativas.

En la opinión pública, la tendencia parece estar girando en contra de Pekín.

Según una encuesta encargada por un grupo de diputados conservadores, el 72% de los británicos está dispuesto a pagar más por la salud y las telecomunicaciones para tener más independencia.

Y la mitad apoya las sanciones y la congelación de activos contra los funcionarios chinos por su política en Hong Kong.

¿Quieren los británicos más inmigrantes?

El control de la frontera fue uno de los factores clave en el referéndum del 2016 sobre el Brexit.

Pero los ánimos parecen haberse calmado tras el auge alcanzado hace cinco años con la afluencia de refugiados de Siria y otros países de Oriente Medio a Europa.

Los grupos antiinmigración activos durante la campaña del referéndum sobre la UE están ahora alarmados ante la perspectiva de que millones de ciudadanos de Hong Kong lleguen al Reino Unido, pero esa opinión está lejos de ser compartida por otros grupos conservadores que han apoyado el Brexit.

La revista Spectator, en la que trabajó Boris Johnson, ha hecho campaña durante décadas para que se apoye a Hong Kong y para que sus ciudadanos tengan acceso a la ciudadanía británica.

Otros conservadores creen que la oferta de Londres debería haberse hecho incluso antes de la entrega de 1997.