El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, dijo que espera que su viaje a Latinoamérica, el primero desde que asumió el cargo y que le ha llevado esta semana a Perú y Brasil, sirva para “revertir la tendencia” de la pérdida de peso de la UE en la región.
“China en particular es ahora el primer socio comercial de muchos países en la región y ha invertido mucho en los últimos años, no solo económicamente, sino también políticamente”, escribió Borrell en su blog.
“A menudo he subrayado que América Latina no ha estado suficientemente presente en el radar de la UE. Espero que este viaje empiece a revertir la tendencia, antes de la cumbre entre líderes de la UE y de América Latina que celebraremos a principios de diciembre”, continuó.
El exministro español recordó que desde el 2015 no se celebra una cumbre de este tipo y lamentó la pérdida de peso en América Latina, pese a que las empresas europeas han “invertido más en América Latina que en China, Rusia, Japón y la India juntos”.
En este sentido, Borrell aseguró que Perú, “el país más afectado en el mundo por el COVID-19″, será al que más aumente la UE su apoyo financiero.
Y como ya hizo durante su visita al Perú, insistió en el respaldo de la UE al presidente Pedro Castillo.
“El resultado electoral fue muy ajustado, lo que llevo a parte de la oposición a cuestionar su legitimidad como presidente. Estas elecciones, sin embargo, estuvieron supervisadas por una Misión de Observación Electoral, que concluyó que las elecciones fueron libres y justas y que la elección de Pedro Castillo es legítima”, aseguró el jefe de la diplomacia europea.
Borrell terminó su viaje en Brasil, desde donde mostró su convencimiento de que las políticas medioambientales que está llevando a cabo el Gobierno del país ayudarán a la ratificación del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, que ambos bloques firmaron en el 2019.
Pese a la firma, lograda tras veinte años de negociaciones, el proceso de ratificación no ha podido concluirse porque varios países europeos, principalmente Francia, así como el Parlamento Europeo, consideran que la deforestación del Amazonas del presidente brasileño Jair Bolsonaro es contraria al Acuerdo de París contra el cambio climático.