Durante meses, la británica Gabrielle Walker estuvo buscando un trabajo temporal. Presentó solicitudes en restaurantes de cadenas como Nando’s y Primark y revisó el portal de empleos Indeed. Nada.
Entonces un día, Walker, estudiante de 19 años en el University College London, estaba viendo TikTok y se encontró con un video sobre una app llamada Stint. En el video, una persona explicaba que Stint podía ayudar a estudiantes a ganar dinero trabajando en puestos temporales en lugares como restaurantes y bares que requieren poco entrenamiento o experiencia.
Walker descargó la aplicación, tomó el curso introductorio de 15 minutos y consiguió trabajo lustrando cubiertos en un restaurante de lujo en Londres, por un día. Entre mayo y junio, Walker consiguió varios trabajos más y los acomodaba en su apretado calendario de clases. “Todo el mundo puede hacerlo”, dijo.
Stint, en uso en todo el Reino Unido, está ganando popularidad, junto con apps similares en Estados Unidos como Gigpro e Instawork, como una respuesta a las formas peculiares en las que las economías han estado recuperándose de la recesión causada por la pandemia.
La incertidumbre sobre la durabilidad de las recuperaciones y las reaperturas tentativas de los negocios aún amenazados por el coronavirus han hecho de la flexibilidad una prioridad para empleados y empresas por igual.
En momentos en que la industria de hospitalidad, especialmente, confronta escasez de trabajadores, esas apps están ayudando a formar una forma de relación a plazo ultra corto entre trabajador y empleador que no ha existido tan ampliamente en décadas recientes.
Walker apunta que incluso estudiantes sin experiencia pertinente pueden registrarse con esas apps y muy probablemente encuentran trabajo —a veces por apenas dos horas— que se ajusta a sus calendarios de semana a semana.
En contraste con Stint, Instawork y Gigpro están dirigidas más a trabajadores con experiencia que quieren o necesitan empleos a corto plazo. Colectivamente, esas nuevas apps representan una variación de muchas otras que han surgido en años recientes —desde Uber y DoorDash hasta TaskRabbit y Thumbtack— que usualmente sirven las necesidades en hogares de un servicio de una vez.
Lo que distingue las nuevas apps es que conecta a trabajadores con empleadores que tienen una necesidad consistente de mano de obra, pero no quieren comprometerse con contrataciones permanentes, dadas las incertidumbres causadas por la pandemia.
“No es una sorpresa que durante el COVID-19, cuando todo se volvió virtual, que esos mercados se hayan disparado”, dijo Fiona Greig, copresidenta del JPMorgan Chase Institute, un centro de estudios financieros, cuya pericia incluye la economía en la internet.
Las nuevas apps de empleos temporales pudieran ayudar a aliviar la escasez de mano de obra en Inglaterra, donde casi todas las restricciones de la pandemia fueron levantadas el mes pasado.
Más recientemente, un servicio por el que el Servicio Nacional de Salud alertó a personas si habían estado en proximidad de alguien positivo del virus afectó los negocios. Muchos trabajadores tuvieron que aislarse y algunas tiendas tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas por falta de trabajadores.
“Los trabajadores de la economía de gig (temporales) pudieran ayudar a cerrar la brecha”, dijo Mariano Mamertino, economista de LinkedIn.
Aunque Mamertino mantiene esperanzas de que las escaseces de mano de obra relacionadas con la pandemia se aliviarán a medida en que la economía inglesa se reabra y continúan las vacunaciones, “persiste una interrogante para el Reino Unido”, dijo, y “es si las firmas tendrán que adaptarse permanentemente a un status quo post Brexit”.
No todo el mundo está celebrando la tendencia. UKHospitality, la principal asociación para el sector de hospitalidad en Gran Bretaña, indicó que aunque los negocios están acostumbrados a las innovaciones, las fuerzas económicas que han creado escaseces de personal en la industria pudieran presentar problemas duraderos.
La asociación, junto con la British Beer and Pub Association y el British Institute of Innkeeping, afirmaron que el camino hacia la recuperación requiere que el gobierno “implemente el ambiente adecuado”, incluyendo una expansión de los recortes de impuestos a los negocios. UKHospitality ha llamado además a una reforma de las reglas de visas post Brexit para facilitar que extranjeros trabajen en la industria.
Sol Schlagman, que fundó Stint junto con su hermano Sam, usó su propia experiencia como estudiante para crearla.
“Es para el estudiante que necesita dinero para el alquiler. Pero también para el estudiante que quiere comprar un par de zapatos que de otra forma no podía”, manifestó.
La cadena de restaurantes Chipotle utiliza Stint para reclutar trabajadores “con poca antelación para cubrir horas pico en nuestros restaurantes”, dijo Jacob Sumner, su director de operaciones en Europa. Chilango, otra cadena de comidas, dijo que sus restaurantes usan la app cuando necesitan “un par de manos extra en horas atareadas”.
El uso de apps para conectar negocios y trabajadores para puestos a corto plazo parece ser una tendencia creciente también en Estados Unidos.
“El mayor cambio que vemos es el deseo por flexibilidad por ambas partes”, comentó Sumir Meghani, director general y cofundador de la app Instawork.
Durante la pandemia, indicó Meghani, los negocios descubrieron que el alza y caída del número de casos del virus —y las consiguientes interrupciones de sus operaciones— requería en ocasiones que aumentasen o redujesen personal en cualquier momento dado.
Una mayor flexibilidad en la relación trabajador-empleador durante la pandemia es igualmente lo que el fundador de Gigpro, Ben Ellsworth, ha observado. Su app, que opera en tres estados del sur de Estados Unidos, se está expandiendo, para tratar de responder a las escaseces de mano de obra causadas por el virus.
Ellsworth, que pasó años en la industria, dijo que con los restaurantes en particular, los trabajadores han sido “plagados por salarios bajos, falta de incentivos, sin foco real en la flexibilidad ni la calidad de vida”.
Varados en casa tras ser despedidos, muchos de esos trabajadores tornaron su atención a otras industrias, dice Ellsworth, o reconocieron que el trabajo a corto plazo es una oportunidad para ajustar sus horarios a sus necesidades. Ese cambio llegó en momentos en que los negocios, también, buscaban personal para cubrir puestos a tiempo parcial con el aflojamiento de las restricciones por el coronavirus.
“Ahora que las restricciones han sido levantadas y los negocios están volviendo a alcanzar su nivel usual, están sintiendo la necesidad (de empleados)”, afirmó Ellsworth.
Aunque la flexibilidad proveída por las apps satisface una necesidad ahora, algunos críticos prevén una amenaza a los trabajadores a largo plazo. Si los trabajadores temporales remplazan puestos previamente cubiertos por empleados permanentes en restaurantes y el sector minorista, se pudiera disminuir la seguridad laboral, junto con los pagos por enfermedad y otras prestaciones.
“La flexibilidad de la economía de gig pudiera ser algo bienvenido cuando una crisis elimina el personal regular, pero eso tiene un costo potencial para la sociedad”, dijo Ann Light, profesora de diseño y tecnología creativa en la Universidad de Sussex.
Aun así, Light reconoce que las apps pueden reducir las barreras al ingreso para personas que necesitan dinero rápidamente, una categoría que incluye a muchos trabajadores jóvenes con experiencia limitada.
El papel de los trabajadores gig, para propósitos de empleo, puede variar ampliamente dentro de esas apps. Los estudiantes que usan Stint son considerados empleados, tienen garantizada una paga fija y acumulan vacaciones pagadas. Por otra parte, aquellos que usan Instawork son considerados trabajadores independientes que pueden optar por ser contratistas o empleados. Los que usan Gigpro son contratistas independientes.
Las plataformas adoptan una perspectiva internacional, aunque lidian con jurisdicciones locales. Este año, los choferes de Uber en Gran Bretaña ganaron derechos como trabajadores. Similarmente, esta semana, un juez anuló una medida en California que exencionaba a servicios de taxis y comidas por app, como Uber, de una ley estatal que requiere que sus choferes sean clasificados como empleados con derecho a prestaciones.
Mientras tanto, las apps de trabajadores parecen estar cubriendo un nicho. Para Monty Jackson, estudiante de la Universidad de Plymouth en Inglaterra, los trabajos breves que consigue a través de Stint han ayudado a financiar su afición a la natación.
Él había estado trabajando a tiempo parcial en restaurantes y bares. Pero los turnos que recibía interferían con sus estudios. Ahora, opta empleos solamente para cuando tiene tiempo disponible y consigue trabajo a veces el mismo día que lo solicita. “La flexibilidad me atrajo”, señaló Jackson.