La guerra en Ucrania está siendo un catalizador para la innovación en las políticas de Defensa y este desarrollo será clave para que el sector pueda adaptarse a los retos futuros y orientar sus inversiones, según concluyeron expertos en un encuentro celebrado este jueves en Madrid.
“Una de las razones por las que el ejército ucraniano ha tenido éxito es por el uso de nuevas tecnologías”, apuntó el oficial de políticas de la Unidad de Innovación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Moritz Zimmermann, en el debate “La seguridad en Europa después de Ucrania”, organizado por el Real Instituto Elcano.
En este contexto, los aliados reconocen la importancia de impulsar la colaboración con el sector civil privado, “que es el que está liderando la innovación”, aseguró Zimmermann.
En la cumbre que se celebrará en Madrid a finales de junio, la Alianza lanzará el Acelerador de Innovación para el Atlántico del Norte y un fondo de innovación, dos iniciativas que, a su juicio, constituyen “el primer paso para que la OTAN se instale en el ecosistema de gobernanza tecnológica del siglo XXI”.
El objetivo es crear “un ecosistema que favorezca la colaboración”, ya que en Europa las iniciativas más innovadoras en el sector “no son atractivas para los fondos de inversión privados” dada la incertidumbre sobre “su retorno a largo plazo” y a que “el riesgo tecnológico es muy elevado”.
No obstante, que los aliados aumenten sus presupuestos de Defensa “da una señal muy importante al mercado”.
Innovación, concepto amplio
La innovación implica disponer de una “tecnología madura para nuevos desafíos”, apuntó por su parte el jefe de la Unidad de Prospectiva y Estrategia Tecnológica de la Dirección General de Armamento del Ministerio de Defensa, Juan Manuel González del Campo.
González explicó que desde el Ministerio se aborda la innovación desde una triple perspectiva: las capacidades militares y “la superioridad operativa”, la apuesta por la soberanía y la “libertad de acción”, y una base tecnológica industrial de la defensa con centros de investigación públicos y privados.
Junto a iniciativas nacionales como la española, la directora del Programa de Defensa y Seguridad Trasatlánticas del Center for European Policy Analysis, Lauren M. Speranza, consideró necesario “un marco de políticas transatlánticas para tratar de unificarlas”, y destacó la Brújula Estratégica (estrategia de defensa de la UE) como elemento clave este sentido.
Esta cooperación, subrayó, es necesaria para “superar vulnerabilidades” en “las cadenas de suministro” y dar paso a una “gobernanza compartida en tecnología” que permita innovar “antes de que China o Rusia puedan hacerlo”.
Impulso de la guerra
La guerra en Ucrania ha supuesto un punto de inflexión en las políticas de defensa y ha evidenciado el “alto grado de adaptación” y de respuesta a la crisis, explicó el editor de Seguridad y Defensa, EU Institute for Security Studies, Daniel Fiott.
Pero los futuros esfuerzos de cooperación entre la UE y la OTAN deberán afinar más y pensar “cómo equilibrar las inversiones” en tecnología y cómo aplicarlas “para resolver los problemas del mundo real”.
En materia espacial, el conflicto pone sobre la mesa dos cuestiones, según el director de Espacio, Grandes Instalaciones y Programas Duales del CDTI, Juan Carlos Cortés: “Cuánto va a costar el impacto directo de la crisis y cuánto va a costar la independencia de Europa”.
Las sanciones al Kremlin afectan a los “materiales primarios”, donde “la dependencia de Rusia es enorme” y a los “programas operacionales”, después de que la ESA suspendiera la cooperación con Moscú, una cuestión que pone de manifiesto la necesidad innovar para garantizar la independencia en el futuro.