(Foto: Reuters)
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Las recientes señales de vida que han mostrado los precios de los cultivos no servirán de mucho consuelo para los agricultores estadounidenses, cuyos ingresos se prevé caerán a un mínimo de 12 años.

Las ganancias de los agricultores disminuirán 6.7% este año a US$ 59,500 millones, dijo el miércoles el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en su primer pronóstico para 2018. Es el nivel más bajo desde 2006 y representaría una caída de 52% desde el récord de US$ 123,800 millones de 2013.

"Esto ahora puede ser lo que consideramos un tiempo normal", dijo Carl Zulauf, un economista agrícola que jubiló de la Universidad Estatal de Ohio después de una larga cátedra.

"El período de aproximadamente 2007 a 2013, ese fue el período excepcional. Los agricultores han tenido que enfrentar el ajuste", señala.

Un exceso de suministros de cultivos ha provocado una prolongada lucha en la economía agrícola. La disminución en las ganancias de los productores ha reducido el gasto, afectando las ventas de empresas como Deere & Co. hasta Monsanto. La caída también ayudó a provocar una reciente ola de megafusiones agrícolas que tienen el potencial de dar nueva forma a la industria.

Caída de ingresos
El Departamento de Agricultura predice que los ingresos de los cultivos de 2018 caerán 0.8% a US$ 188,200 millones, mientras que los de animales y productos relacionados disminuirán 0.3% a US$ 174,900 millones. Por su parte, se prevé que los costos aumentarán un 1%  a US$ 359,200 millones.

Años de ganancias débiles han forzado a más agricultores a pedir préstamos para mantenerse a flote. Los créditos agrícolas aumentaron un 51% en el cuarto trimestre frente al mismo período del año anterior para financiar las compras de insumos y el pago de facturas, según la Reserva Federal de Kansas City.

Se trata del mayor incremento en dos años y señala que las crecientes tasas de interés pueden reducir la liquidez de los productores en 2018. Los costos de los préstamos agrícolas aumentaron a un máximo de 27 años del 4.5% en promedio el último trimestre, por encima del 3.7% de un año antes, sobrecargando aún más la capacidad de pago.

La mayoría de los agricultores y prestamistas se abstuvieron de sobreendeudarse para expandir sus operaciones entre 2011 y 2013, cuando los ingresos y los precios de los cultivos eran casi el doble que ahora, de acuerdo con Tim Koch, director de créditos de Farm Credit Services of America, con sede en Omaha, Nebraska, que prestó US$ 28,000 millones el año pasado en Iowa, Nebraska, Kansas, Dakota del Sur y Wyoming.

Esta reducción ha permitido a los productores aprovechar el capital para compensar la caída en las ganancias y es una de las razones por las cuales las tasas de morosidad y los préstamos vencidos continúan relativamente bajos en comparación con hace 30 años, durante la última grancaída de los ingresos.

"Una baja relación deuda-activos en comparación con los años ochenta significa que los productores tienen tiempo para trabajar sobre el proceso de menores costos para que coincidan con los actuales bajos precios de las materias primas", dijo Koch.

"Nosotros no tenemos un problema de deuda, tenemos un problema de flujo de efectivo que los agricultores todavía pueden resolver", señala.

La mayoría de los agricultores todavía se encuentran en una "sólida situación financiera", y eso debería continuar en 2018 con precios estables de las materias primas, dijo Koch. Están trabajando para reducir los costos y seguir siendo competitivos en el mercado de exportaciones mundial, dijo.