¿Vamos a poder ver por fin un agujero negro? Una colaboración internacional de radiotelescopios y observatorios, el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), que busca captar la primera imagen de uno de estos "monstruos" del espacio, anuncia "un resultado inédito" para el próximo miércoles.
El misterio es total sobre lo que se revelará, pero la movilización es excepcional: "Seis grandes ruedas de prensa se celebrarán simultáneamente en el mundo: en Bélgica (Bruselas), Chile (Santiago), China (Shanghái), Japón (Tokio), Taipéi (Taiwán) y Estados Unidos (Washington)", precisa el Observatorio Europeo Austral (ESO).
En abril del 2017, ocho telescopios en distintos puntos del planeta apuntaron simultáneamente a dos agujeros negros: Sagitario A* en el centro de la Vía Láctea y su congénere en el centro de la galaxia M87. El objetivo: tratar de obtener una imagen.
Porque aunque se habla de agujeros negros desde el siglo XVIII, ningún telescopio ha permitido todavía "ver" uno.
"Pensamos realmente que lo que llamamos un agujero negro existe en el universo aunque todavía no hayamos visto nunca uno", explica Paul McNamara, responsable científico en la Agencia Espacial Europea (ESA) de LISA Pathfinder, un futuro observatorio espacial.
Los agujeros negros son cuerpos celestes que poseen una masa sumamente importante en un volumen muy pequeño. Como si el Sol ya solo tuviera 6 kilómetros de diámetro o la Tierra se comprimiera al tamaño de un dedal.
Son tan masivos que nada se escapa de ellos, ni la materia ni la luz, independientemente de su longitud de onda. La otra cara de la moneda es que son invisibles.
Pero la ciencia progresa. "Los principales avances recientes se situaban en el frente de la observación", recordaba el mes pasado el astrofísico británico Martin Rees, excompañero de Stephen Hawking en la Universidad de Cambridge.
Un telescopio virtual gigante
El Telescopio del Horizonte de Sucesos (o Event Horizon Telescope, EHT, en inglés), al lograr crear un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, de unos 10,000 kilómetros de diámetro, ilustra bien los avances en materia de radioastronomía. Con un interés innegable porque cuanto más grande es un telescopio, más detalles permite ver.
"En lugar de construir un telescopio gigantesco (que correría el riesgo de hundirse por su propio peso), se combinan varios observatorios como si fueran pequeños fragmentos de un espejo gigante", explicó en el 2017 Michael Bremer, astrónomo del Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM) y responsable de las observaciones EHT en los telescopios de Europa.
Con el telescopio del IRAM en Sierra Nevada (España), el poderoso radiotelescopio ALMA en Chile y estructuras en Hawái (Estados Unidos) y en la Antártida, el Event Horizon Telescope cubre gran parte del planeta.
Con estas observaciones múltiples, los astrónomos buscan identificar el entorno inmediato de un agujero negro. Según la teoría, cuando la materia es absorbida por el monstruo emite una luz. El proyecto EHT, capaz de captar las ondas milimétricas emitidas por el entorno del agujero negro, tenía el objetivo de definir el contorno del cuerpo celeste, el llamado horizonte de sucesos.
Sagitario A*, el primero de los dos blancos del proyecto, está situado a 26,000 años luz de la Tierra. Su masa es equivalente a cuatro millones de veces la del Sol.
Su congénere de la galaxia M87 es "uno de los agujeros negros conocidos más masivo, 6,000 millones de veces más que nuestro Sol y 1,500 veces más que Sgr A*", precisa el EHT. Está situado a 50 millones de años luz de la Tierra, "a proximidad en la escala cósmica, pero 2,000 veces más lejos que Sgr A*", agrega.