Una mujer enciende un fuego con billetes húngaros (Pengos), en enero de 1946 en Budapest, durante la crisis inflacionaria que vivió Hungría entre agosto de 1945 y julio de 1946. (Foto de Louis FOUCHERAND / AFP)
Una mujer enciende un fuego con billetes húngaros (Pengos), en enero de 1946 en Budapest, durante la crisis inflacionaria que vivió Hungría entre agosto de 1945 y julio de 1946. (Foto de Louis FOUCHERAND / AFP)

Mucho se conoce de la y cómo esta puede hacer que los precios de los productos básicos suban en cuestión de horas. sabe muy bien de este concepto económico y sufrió la peor inflación registrada en 1946.

En su punto máximo alcanzó el 41.900.000.000.000.000%. Motivo por el que cada quince horas, los precios promedio se duplicaban.

El novelista Gyorgy Faludy cuenta a BBC Mundo que cuando regresó a Budapest en 1946 usó todo su dinero (300,000 millones de pengös) que ganó con la publicación de un libro para comprar un pollo, dos litros de aceite y algunas verduras.

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¿Qué pasó con Hungría?

El país europeo, como muchos de su región, sufría las secuelas de la . Estuvo directamente del lado del Eje y apoyó de tal modo que se convirtió en el campo de batalla entre la URSS Y .

Es así que la economía del país estaba en los suelos. Los alemanes habían saqueado alrededor de US$1,000 millones en bienes y productos básicos y la capacidad industrial quedó destruida, pues la mayoría de fábricas tenían daños estructurales.

Además, la mayoría de vías férreas y locomotoras estaban destrozadas, y las que estaban bien fueron robadas por los soviéticos. Para el colmo, Hungría aceptó pagar reparaciones de US$300 millones a los soviéticos, yugoslavos y checoslovacos. Aún así, no hubo préstamos internacionales para los húngaros.

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Ninguna mejora

El gobierno de Hungría decidió estimular la economía e imprimió dinero, aunque tuvo que pedir prestado para pagar la tinta. Se dio préstamos a los consumidores y dinero al pueblo. Sin embargo, los ciudadano no pudieron pagar nada con ese dinero.

El pengö, moneda que fue adoptada como medidas de control entró en caída libre y sus ceros llegaron a ser absurdos. Se pasó a nominaciones como 100 millones de milpengös o mil millones de milpengös.

¿Cómo era el día a día?

En un punto, el valor del billete no logró nada y en los mercados se vendía todo al peso. Béla Tomka, profesor de Historia Social y Económica Moderna de la Universidad de Szeged en Hungría, cuenta a BBC que si querías una docena de huevos, el vendedor los pesaba y el comprador debía pagar con el peso de los billetes.

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Es así que muchas empresas empezaron a pagar con especies por si producían papas, azúcar y más. Los salarios reales cayeron más del 80% y si bien la gente tenía trabajo, la hiperinflación volvió al país en pobre.

Un fajo de billetes húngaros (Pengos) se usa para pesar mercancías, en una tienda, en enero de 1946 en Budapest, durante la crisis inflacionaria que vivió Hungría entre agosto de 1945 y julio de 1946. (Foto de Louis FOUCHERAND / AFP)
Un fajo de billetes húngaros (Pengos) se usa para pesar mercancías, en una tienda, en enero de 1946 en Budapest, durante la crisis inflacionaria que vivió Hungría entre agosto de 1945 y julio de 1946. (Foto de Louis FOUCHERAND / AFP)

¿Cómo se puso fin a la hiperinflación?

El 1 de agosto de 1946, Hungría coloca al florín como una nueva moneda para buscar estabilidad financiera. Dicha moneda llegó para darle punto final a la hiperinflación y esto se debió a las reservas de oro del Banco Nacional Húngaro.

“El envío de 22 toneladas de oro, lingotes y monedas, traído de Alemania bajo una fuerte guardia y secreto militar, marcó la primera devolución al por mayor de activos monetarios a un país enemigo”, comentó Tomka.

El Banco Central se independizó y se limitó la emisión de billetes. Es así que el florín se convierte en una de las monedas más estables hasta 1960.