Al sancionar a las hijas adultas de Vladimir Putin debido a la invasión rusa de Ucrania, el gobierno de Estados Unidos rasgó el velo de privacidad que mantiene el presidente ruso sobre sus vínculos más estrechos al evitar las menciones de las dos mujeres en público.
Las sanciones impuestas a miembros de la familia inmediata de Putin y de otros oligarcas rusos también echan luz sobre las técnicas de Estados Unidos y sus aliados para aplicar sanciones financieras a individuos.
En Rusia en particular y las autocracias del mundo en general, las sanciones a los familiares suelen ser esenciales para asegurar que las penas financieras tengan el efecto deseado. Líderes poderosos y ricos suelen emplear la táctica común a muchos magnates de poner sus bienes a nombre de cónyuges, hijos y otros.
“Queremos que rindan cuentas aquellos que se han enriquecido a costa del Estado ruso y han elevado a sus familiares a las posiciones de poder más altas del país”, dijo Morgan Finkelstein, vocera del Departamento del Tesoro.
“Pero también sabemos que los oligarcas y otros miembros sancionados de la elite tratan de trasladar fondos u ocultar bienes a través de familiares u otros socios”, manifestó.
Estados Unidos anunció el miércoles que aplicará sanciones a las hijas de Putin, Katerina Vladimirovna Tijonova y Maria Vladimirovna Vorontsova.
Bill Browder, un influyente promotor de las sanciones a Rusia por sus violaciones de derechos humanos, indicó que la medida era “bastante obvia, sobre todo en... el sistema cleptocrático ruso”.
“No basta con sancionar al jefe, hay que sancionar a la familia porque la familia posee muchos de los bienes del jefe. Lo hemos visto en muchos casos distintos”, agregó.
En el caso de Putin, ampliar a su familia las miles de sanciones occidentales debido a la guerra puede ser una ofensa personal, pero difícilmente afectará su riqueza.
Se cree que oculta buena parte de su fortuna estimada en US$ 200,000 millones o más con los oligarcas rusos a los que ayudó a enriquecer, dijo Browder, cuya campaña de décadas ha dado forma al régimen de sanciones estadounidenses.
Las sanciones a las familias de los oligarcas empezaron a aumentar a principios de marzo, cuando se las aplicó a las esposas e hijas.
Se dice que los familiares del magnate petrolero Nikolay Tokarev —incluidas su esposa Galina Tokareva y su hija Maiya— se han beneficiado con su proximidad al gobierno ruso y las sanciones también las han alcanzado.
El Tesoro estadounidense estima que el imperio inmobiliario de Maiya Tokareva en Moscú supera los US$ 50 millones.