El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el domingo que su campaña en Ucrania se está desarrollando según lo previsto y que no terminará hasta que Kiev deje de combatir, mientras fracasaban por segundo día consecutivo los esfuerzos por evacuar la ciudad de Mariúpol, fuertemente bombardeada.
Putin hizo estos comentarios en una conversación telefónica con el presidente turco, Tayyip Erdogan, quien hizo un llamado al alto el fuego en un conflicto que, según Naciones Unidas, ha creado la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los medios rusos dijeron que Putin también habló el domingo por casi dos horas con el presidente francés, Emmanuel Macron, que ha permanecido en contacto regular pero que, al igual que con otros esfuerzos internacionales, todavía no ha logrado persuadir a Moscú para que suspenda una campaña que ya va por su undécimo día.
Las autoridades de Mariúpol habían dicho el domingo que harían un segundo intento para evacuar a algunos de sus 400.000 residentes, después de que la ciudad costera ucraniana soportara días de bombardeos que han dejado a la gente atrapada sin calefacción, electricidad y agua.
No obstante, el plan de alto el fuego fracasó, al igual que el sábado, y cada parte culpó a la otra de la situación.
Putin dijo a Erdogan que está dispuesto a dialogar con Ucrania y con sus socios extranjeros, pero que cualquier intento de alargar la negociación fracasará, según un comunicado del Kremlin. Turquía dijo que Erdogan pidió un alto el fuego para aliviar las preocupaciones humanitarias.
Kiev renovó su llamado a Occidente para que endurezca las sanciones más allá de los esfuerzos existentes, que han golpeado la economía de Rusia. También solicitó más armas, incluyendo una petición de aviones de fabricación rusa, para ayudar a repeler a las fuerzas rusas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, dijo que Washington estaba considerando “muy, muy activamente” cómo podría reponer aviones para Polonia, si Varsovia decidía suministrar sus aviones de guerra a Ucrania, hablando en un viaje a la vecina Moldavia.
-“Nos están destruyendo”-
Moscú califica la campaña que lanzó el 24 de febrero como una “operación militar especial” y asegura no tener planes de ocupar Ucrania, que en su día formó parte de la Unión Soviética bajo el dominio de Moscú, pero que ahora mira a Occidente buscando el ingreso en la OTAN y la Unión Europea.
“Nos están destruyendo”, dijo a Reuters el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, en una videollamada, describiendo la difícil situación de la ciudad de 400.000 habitantes. “Ni siquiera nos dan la oportunidad de contar los heridos y los muertos porque el bombardeo no cesa”.
Rusia, que niega haber atacado zonas civiles, ha enviado tropas y equipos a Ucrania. Un enorme convoy ruso en una carretera al norte de Kiev ha hecho un progreso visible limitado en los últimos días, aunque el Ministerio de Defensa ruso publicó el domingo imágenes que mostraban algunos vehículos militares de oruga en movimiento.
En la capital, los soldados ucranianos reforzaban sus defensas cavando trincheras, bloqueando carreteras y colaborando con las unidades de defensa civil mientras las fuerzas rusas bombardeaban las zonas cercanas.
“Las posiciones están preparadas, las hemos habilitado y simplemente estamos esperando encontrarnos con ellos aquí”, dijo un soldado en un video publicado por las fuerzas armadas de Ucrania. “La victoria será nuestra”.
El presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, dijo que los cohetes rusos destruyeron el domingo el aeropuerto civil de la capital de la región centro-occidental de Vinnytsia. También dijo que Rusia se está preparando para bombardear otra ciudad del sur, Odesa.
“¿Cohetes contra Odesa? Esto será un crimen de guerra”, afirmó.
La Organización Mundial de la Salud dijo que se habían producido varios ataques contra instalaciones sanitarias ucranianas durante el conflicto. Los ataques causaron muertos y heridos, dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un mensaje de Twitter, pero no dio detalles.
“Los ataques contra instalaciones o trabajadores sanitarios vulneran la neutralidad médica y son violaciones del derecho internacional humanitario”, señaló.
-Aumento de la presión de las sanciones-
Los ucranianos siguieron llegando a Polonia, Rumanía, Eslovaquia y otros países. El alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que más de 1,5 millones de personas han huido en la crisis de refugiados que más rápido ha crecido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La agencia ha dicho que la cifra podría alcanzar los 4 millones en julio.
La inteligencia militar británica dijo el domingo que las fuerzas rusas están atacando zonas pobladas en Ucrania, comparando las tácticas con las que Rusia utilizó en Chechenia en 1999 y en Siria en 2016. No obstante, indicó que la resistencia ucraniana está frenando el avance.
Putin dice que quiere una Ucrania “desmilitarizada”, “desnazificada” y neutral y el sábado comparó las sanciones occidentales “con una declaración de guerra”.
Occidente, que califica de infundadas las razones de Putin para invadir el país, ha endurecido las sanciones y ha intensificado sus esfuerzos para rearmar a Ucrania, enviando desde misiles Stinger hasta armas antitanque.
Sin embargo, Washington y sus aliados de la OTAN se han resistido a los llamados de Ucrania para crear una zona de exclusión aérea por temor a que el conflicto se intensifique más allá de las fronteras de Ucrania.
Las sanciones occidentales han empujado a muchas empresas a dejar de invertir en Rusia, mientras que algunos bancos rusos han quedado excluidos de los sistemas de pago financieros mundiales, lo que ha hecho caer el rublo y ha obligado a Moscú a subir las tasas de interés.
Aumentando la presión, las empresas de pago estadounidenses Visa Inc y Mastercard Inc anunciaron la suspensión de las operaciones con tarjetas de crédito en Rusia.