El presidente Joe Biden se reunió el jueves con los aliados del G7 para pactar más sanciones contra Rusia por haber invadido Ucrania e informará a los estadounidenses sobre esta crisis que causará una “pérdida catastrófica de vidas”.
Después de una reunión virtual a puerta cerrada que duró una hora y diez minutos, las potencias occidentales del G7 (Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos) afirmaron en un comunicado que Rusia desató “una seria amenaza para el orden internacional, basado en reglas”.
Las siete potencias industriales dicen estar “preparadas para actuar” para minimizar las consecuencias en los mercados energéticos mundiales del ataque de Moscú a Ucrania y reiteraron las sanciones a un importante oleoducto de Rusia, país rico en energía.
Antes de la reunión del G7, Biden “convocó una reunión del Consejo de Seguridad Nacional para hablar de los últimos acontecimientos en Ucrania”. A las 13H30 (18H30 GMT) se dirigirá a la nación.
Durante semanas, mientras Rusia concentraba decenas de miles de tropas y armas pesadas en la frontera de Ucrania, Biden ha liderado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros aliados europeos en su intento de elaborar lo que califica de sanciones “sin precedentes” como medida disuasoria.
Ahora que las negociaciones han fallado, es probable que se centren en golpear duramente a la ya inestable economía de Rusia.
“Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera unida y determinada. El mundo hará que Rusia rinda cuentas”, afirmó Biden en sus primeros comentarios el miércoles por la noche en Washington, después de que empezaran a caer misiles rusos sobre Ucrania.
Biden también habló por teléfono con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, y dijo que había prometido “brindar apoyo y ayuda a Ucrania y al pueblo ucraniano”.
El presidente estadounidense señaló que Zelenski le había pedido que “haga un llamado a los líderes del mundo para que se pronuncien claramente” contra la “flagrante agresión” de Putin.
El martes, después de que Putin anunciara por primera vez que enviaría tropas como “fuerzas de paz” a dos pequeñas áreas ya controladas por separatistas respaldados por Moscú, los países occidentales entraron en acción.
El gobierno de Estados Unidos se unió a los aliados europeos para imponer sanciones a dos bancos rusos, la deuda soberana de Moscú y varios oligarcas, entre otras medidas.
Aislar a Rusia
Y el miércoles, cuando las tropas rusas se disponían claramente a atacar, Biden anunció que impondría sanciones al gasoducto Nord Stream 2, que une Alemania y Rusia.
Alemania había anunciado que bloquearía la apertura del ducto para gas natural, que todavía no funciona.
Según altos cargos estadounidenses, las nuevas sanciones, más duras, incluirán bancos más grandes, más oligarcas cercanos a Putin y, lo que es más importante, una prohibición de las exportaciones a Rusia de equipos y componentes de alta tecnología.
No está claro cuántas de estas medidas se anunciarán el jueves.
El vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, señaló el jueves que habrá un “paquete de sanciones fuertes” que “aislará la economía rusa del progreso industrial, atacará y congelará activos y participaciones financieras y limitará drásticamente el acceso a los mercados europeos y estadounidenses”.
“Ninguna institución financiera rusa está a salvo”, dijo el miércoles el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, horas antes de que se lanzara la invasión.
Algunas medidas pueden acarrear consecuencias económicas a los países occidentales y poner en peligro la recuperación de la economía mundial después de la pandemia de COVID-19.
Los mercados bursátiles ya están cayendo y los precios del petróleo han sobrepasado la cota de los US$ 100 por barril.
Entre las sanciones más controvertidas estaría apuntar directamente a Putin, de quien se dice que amasó una gran fortuna durante sus dos décadas al frente de Rusia.
Podría decirse que la sanción más importante sería cortar a Moscú de la red bancaria internacional SWIFT. Esto, al menos durante algún tiempo, desconectaría a Rusia del comercio básico, perturbando enormemente la economía, pero también tendría repercusiones potenciales considerables en el sistema financiero en general, liderado por Estados Unidos.
Zelenski pidió directamente que se saque a Moscú de SWIFT.