Los bosques de la Amazonía contienen 73,000 millones de toneladas de carbono. Y juntos, los territorios indígenas y las áreas protegidas almacenan el 58% de este elemento base de la vida, según un estudio a cargo de científicos de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) en alianza con el centro de investigación Woods Hole Research Center (WHRC), de Massachusetts, EE. UU., y la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

Gracias a esta investigación se cuenta por primera vez con evidencia concreta y medible sobre el papel de guardianes de la selva amazónica que cumplen los pueblos indígenas y las poblaciones

El estudio revela que los territorios indígenas y las áreas protegidas experimentan menores pérdidas de carbono a lo largo de los años, debido a que tienen tasas más bajas de deforestación y degradación forestal, lo cual contribuye directamente a regular el clima y evitar que el calentamiento de la Tierra sea más intenso.

Estos hallazgos llevaron a los autores del estudio en mención a pedir el fortalecimiento de los derechos de los pueblos indígenas, cuyas tierras cubren el 30% de la Amazonía y poseen el 34% de su carbono.

"Nuestro trabajo muestra que los bosques bajo la administración de los pueblos indígenas y las comunidades locales continúan teniendo mejores resultados en la mitigación de emisiones de carbono que las tierras que carecen de protección, lo que significa que su papel es crucial y debe fortalecerse para que los países de la cuenca amazónica logren mantener este recurso globalmente importante, al mismo tiempo que cumplen sus compromisos bajo el Acuerdo Climático de París", dijo Wayne Walker, científico del Centro de Investigación Woods Hole (WHRC) y autor principal del artículo.

Utilizando imágenes satelitales combinadas con mediciones en campo, se analizó las pérdidas y ganancias de biomasa entre 2003 y 2016 en la región Amazónica, hallando que las pérdidas (3,400 millones de toneladas) fueron casi el doble que las ganancias (1,200 millones de toneladas). Las mayores pérdidas se dieron en territorios sin ningún nivel de protección.

En Perú

En el Perú, en el periodo estudiado (2003 a 2016), se ha perdido 26.4 millones de toneladas de carbono (MTC). Esto pese a que las tierras indígenas y las áreas naturales protegidas han minimizado el impacto negativo.

Según el Instituto del Bien Común (IBC), el escenario aún es negativo por la falta de políticas destinadas a la preservación de los recursos naturales y contra la expansión de las actividades extractivas.

“Desafortunadamente, los pueblos indígenas, que manejan y conservan mejor los bosques gracias a sus prácticas ancestrales, son los primeros afectados por la pérdida del bosque y el aumento de las emisiones de carbono, ya que los eventos climáticos afectan los recursos que son fundamentales para su calidad de vida. Ellos enfrentan no solo políticas adversas y amenazas de invasores y colonos, sino también los efectos del cambio climático", señaló Sandra Ríos, especialista del Instituto del Bien Común en Perú.

Tal es el caso de las comunidades nativas de los pueblos indígenas Kakataibo (en la selva central del Perú), éstas se ven afectadas por la tala selectiva ilegal, que genera degradación forestal y luego da lugar a la deforestación por la expansión de actividades como ganadería, agricultura y cultivos ilegales de coca.

En la región

Una situación similar amenaza a los demás países amazónicos debido a la inadecuada gestión de los stocks de carbono: hay una pérdida creciente y la reposición no es suficiente. Con la deforestación, la quema y la degradación de los bosques nativos, se está enviando el stock de carbono, literalmente, al aire.

Al respecto, Gregorio Mirabal, representante de la COICA, enfatiza la importancia de la naturaleza para los pueblos indígenas amazónicos. “Para nosotros es muy práctico, si no hay selva, no hay agua. Si no hay bosque, no hay vida. Si no hay bosques, no hay medicina, ni alimento. No podemos realizar nuestras actividades cotidianas, espirituales, sociales, económicas y culturales. Sin bosque o selva no hay vida”, recalcó.

Científicos alertan

Los especialistas que realizaron este estudio hacen un llamado para incrementar el apoyo y la protección a las poblaciones indígenas, únicas defensoras de los bosques, ya que constituyen un factor significativo contra el cambio climático en la Amazonía.

“Los resultados sugieren que no se respetan los derechos indígenas y que hay leyes que ponen en peligro los bosques a medida que crece la demanda mundial por la riqueza mineral, el combustible y la materia prima”, revela también el artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

El estudio contó con el acompañamiento de representantes indígenas organizados en COICA, entidad que reúne a los pueblos amazónicos de los nueve países. Los investigadores buscan que los líderes de cientos de grupos étnicos tengan voz en las discusiones sobre la lucha contra el cambio climático y utilicen el nuevo estudio como base de la argumentación.

CIFRAS

En los nueve países de la Amazonía hay 3,344 territorios indígenas y 522 áreas protegidas. La suma de todas estas tierras, entre áreas ya reconocidas o aún en fase de demarcación, revela que el 52% de la Amazonía se encuentra bajo algún tipo de protección.

RAISG es un consorcio de ocho organizaciones no gubernamentales de seis países de la Panamazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). En Perú, el Instituto del Bien Común representa a RAISG y contribuye con la información y el análisis relativos al país.