Ucrania sigue controlando dos centrales nucleares clave en el sur del país, incluida Zaporiyia, la mayor de Europa, pero las fuerzas rusas se están acercando, informó el jefe en funciones de la empresa nuclear estatal ucraniana Energoatom.
Petro Kotin calificó de “terrorismo nuclear” la toma por parte de Rusia la semana pasada de la central nuclear de Chernóbil.
Kiev pidió al organismo de vigilancia atómica de la ONU (OIEA) que revise su relación con Rusia, que ayude a crear un perímetro de prohibición de 30 kilómetros desde las centrales para las fuerzas rusas, así como que presione para que la OTAN establezca una zona de exclusión aérea sobre el país, según el documento visto por Reuters.
El OIEA ha dicho que está trabajando con todas las partes para determinar de qué manera efectiva podría prestar asistencia.
La Junta de Gobernadores del OIEA aprobó el jueves una resolución en la que critica a Rusia por su invasión a Ucrania y le pide que permita a este país controlar todas sus instalaciones nucleares, con sólo dos votos en contra, informaron diplomáticos.
Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han rechazado la petición de Ucrania de imponer una zona de exclusión aérea sobre el país, argumentando que esto llevaría a una confrontación directa con Rusia.
Kotin dijo que las tropas rusas han avanzado hasta estar a menos de 35 km de la planta de Zaporiyia y de la central eléctrica de Ucrania del Sur y que las tropas ucranianas y rusas se habían enfrentado el miércoles en Voznesensk, a unos 30 km de distancia.
“Si la situación empeora, será imposible pensar en lo que pasará si empiezan a bombardear. Simplemente no saben lo que están haciendo”, dijo Kotin, añadiendo que no creía que los rusos hubieran recibido la orden de lanzar un ataque contra las plantas.
Rusia califica sus acciones en Ucrania, iniciadas el 24 de febrero, como una “operación especial” que, dice, no está diseñada para ocupar territorio, sino para destruir las capacidades militares de su vecino del sur y capturar a los que considera peligrosos nacionalistas.
Kotin dijo que las tropas rusas querían que las fuerzas locales se rindieran para poder tomar el control de las zonas circundantes y de la central eléctrica.
“La central de Zaporiyia sigue funcionando con normalidad. No hay ninguna desviación de las operaciones normales, pero el consumo durante esta guerra ha disminuido drásticamente a sólo tres unidades de las seis que funcionan”, dijo sobre la planta de 6,000 megavatios.