Debido en parte al embargo de Estados Unidos y a la endémica crisis de divisas, en los supermercados cubanos escasean de forma intermitente todos los artículos. Todos excepto el ron, cuya producción en masa nunca se detiene pase lo que pase.
"Nuestro volumen de exportación es gigante, y esto hace que nuestra producción sea priorizada por todas las autoridades", responde Sergio Valdés, director de desarrollo de mercados de Havana Club, cuando Efe le pregunta por qué su producto nunca falta en las habitualmente semivacías estanterías de los comercios isleños.
La fábrica de ron de Cuba
En la ronera San José, el complejo ubicado unos 20 kilómetros al sureste de La Habana donde se producen los licores oscuros de Havana Club, las máquinas trabajan sin descanso rellenando, etiquetando y sellando miles de botellas cada hora de Añejo Especial, Añejo Reserva, 7 años, Selección de Maestros y otras variedades de la marca.
Constituida en 1993, Havana Club Internacional es una empresa mixta entre la corporación estatal cubana Cuba Ron y el gigante francés Pernod Ricard, dueño de otras conocidas etiquetas como Absolut o Chivas.
"En el mundo existen empresas con accionistas y Havana Club es eso, una sociedad anónima con accionistas que en este caso son dos, cada uno con 50% de participación", aclara el director de desarrollo de mercados.
En el primer año de constitución de la empresa mixta, asegura, las ventas anuales no llegaban a las 300,000 cajas (de nueve litros cada una), pero desde entonces la producción ha ido creciendo hasta la cifra récord de 4.7 millones de cajas en el último año fiscal de la compañía, entre julio del 2018 y junio del 2019.
EE.UU., un mercado vetado
Sin aportar más datos, el representante de Havana Club asegura que su marca es la tercera del mundo en el mercado del ron y la número 23 en el de licores espirituosos, todo esto a pesar de que no puede acceder al mercado de Estados Unidos, el primero del mundo, por culpa del embargo financiero y comercial que Washington impone a Cuba.
Aun así, el país norteamericano recibe un suministro limitado del codiciado ron de "la isla prohibida" en las maletas de los viajeros desde el 2016, después de que el expresidente Barack Obama levantara algunas de las restricciones a la importación de productos cubanos al suavizar el embargo durante la época conocida como el "deshielo".
Sin perder la esperanza de acceder plenamente a Estados Unidos (los directivos de la marca han asegurado estar preparados para entrar "mañana mismo") Havana Club Internacional exporta en torno al 75% de su producción anual a más de un centenar de países.
Alemania y Francia son los países en los que más se bebe este ron cubano, que en España protagonizó un crecimiento "de dos dígitos" el año pasado, según Valdés.
Maestros roneros añejos
Mientras ejecutivos franceses y cubanos se reparten la dirección de la empresa, los encargados de elaborar el ron son todos oriundos de la isla.
"Esto tiene que ver con que el maestro del ron cubano no se logra en dos días ni en dos años ni tampoco en cinco años. Los que tenemos terminaron la universidad, empezaron a trabajar en la industria ronera y fueron creciendo, y hoy son maestros roneros", afirma el directivo.
Agrega que, a diferencia de casos en otros países en los que el oficio se hereda en el seno de una empresa familiar, en Cuba la selección y formación de los maestros es cuestión de talento y aptitudes.
“Cuando se identifica a una persona que con los años puede convertirse en maestro ronero pasa por todo un proceso de entrenamiento, trabaja en diferentes áreas de fabricación y finalmente se convierte en maestro del ron”, sentencia.