Los profundos desacuerdos que existen en el seno de la Reserva Federal sobre las perspectivas económicas y la forma en que debe responder el banco central estadounidense, no impedirán que los encargados de formular la política monetaria recorten las tasas de interés en la reunión de dos días que comenzó el martes.
Una fuerte alza del precio del petróleo tras los ataques a instalaciones petroleras saudíes durante el fin de semana se sumó a la lista de riesgos para una economía ya debilitada por la continua tensión comercial y la fragilidad global.
Pero la aguda y evidente división sobre las políticas en la Reserva Federal implica que el nuevo recorte de tasas podría estar lejos de estar zanjado. El martes, los operadores ya no apostaban a que el banco central realizará otra reducción de los tipos a fin de año tras el esperado recorte del miércoles.
En un extremo de la mesa del Comité de Mercado Abierto de la Fed se sientan el presidente del banco central de St. Louis, James Bullard, y el jefe de la Fed de Minéapolis, Neel Kashkari, que abogarían por una fuerte reducción del costo de los préstamos para contrarrestar la baja inflación y la inversión de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro.
Es probable que en el lado opuesto estén la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, que se opuso al recorte de tasas en julio, y el líder de la Reserva Federal de Filadelfia, Patrick Harker, que apoyó de mala gana la reducción y ha dicho que quiere dejar las tasas donde están “para ver cómo van las cosas”.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, sentado en el medio de la mesa, enfrenta la delicada tarea de considerar todos los puntos de vista y los argumentos dispares de otros funcionarios a cargo de elaborar la política monetaria para lograr un consenso.
El desafío principal es dar sentido a datos económicos que sugieren que el sector de manufacturas estadounidense podría estar contrayéndose y que la inflación sigue siendo débil, a pesar de que los hogares continúan gastando y los empleadores en general están generando muchos puestos laborales.
“La discordia es extremadamente visible”, dijo Gregory Daco, economista jefe en Estados Unidos de Oxford Economics. “Si nos fijamos en la economía actual, vemos una economía que está bifurcada (...) La pregunta clave es si esa debilidad se escurrirá a la economía y si esto se agravará”.
La incertidumbre sobre el panorama de los tipos se abrió paso en el mercado de futuros de las tasas de interés vinculadas a la política monetaria de la Fed, donde aumentaron las apuestas a que el esperado recorte del banco central de su tasa de referencia de los préstamos será su última reducción en 2019.
El martes por la mañana, los operadores consideraban que había un 61% de probabilidad de que la Fed reduzca el miércoles su tasa de política monetaria en un cuarto de punto porcentual frente al 92% que opinaba lo mismo hace una semana.