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El presidente dice que otros países se benefician injustamente de los altos precios de medicamentos con receta pagados por estadounidenses.

Pero no está claro cómo el uso de acuerdos comerciales para presionar beneficiaría a los pacientes en EE.UU. Trump tiene la intención de proponer esa medida como un factor clave en su plan para hacer frente a los altos costos de medicamentos.

"No hay un economista sensato de salud, ni ningún economista, que diga que precios más altos en el extranjero conducirán a precios más bajos aquí", dijo Andrea Harris, vicepresidenta senior de atención médica en Height Capital Markets en Washington.

Los fabricantes de medicamentos defienden sus precios diciendo que la investigación y desarrollo es un proceso costoso y que lo que cobran por los medicamentos les permite financiar su investigación, pagarles a los trabajadores y obtener ganancias para sus accionistas.

Muchos países en los que el gobierno es el pagador principal de la atención médica ponen límites directos a los precios de los medicamentos.

Harris dijo que si otras políticas en el plan de Trump logran bajar los precios en EE.UU., hacer que otros países paguen más podría ayudar a aliviar la presión sobre las compañías farmacéuticas, muchas de las cuales son grandes empleadores con mucha influencia política.

Funcionarios de gobierno no han ofrecido detalles sobre cómo obligarían a otros países a tragarse los altos costos de medicamentos.

El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dijo el viernes por la mañana en una entrevista con Bloomberg TV que "tenemos que usar nuestros acuerdos comerciales y el poder que tiene Estados Unidos para que otros países paguen más de lo que les corresponde".

La administración tendrá oportunidad de influir en otros países para pagar más, dijo Harris, principalmente a través de las próximas conversaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Canadá y México, y en una reunión de la Organización Mundial de la Salud a fines de este mes.

Aún así, simplemente persuadir a otros países para que permitan que suban los precios de los medicamentos es poco probable que cambie el mercado de Estados Unidos por sí solo.

"No hay razón para que paguemos menos en Estados Unidos porque pagan más en Inglaterra", dijo Craig Garthwaite, profesor de la Escuela de Administración Kellogg de la Universidad de Northwestern.