Smithfield Foods, el mayor productor de carne de cerdo del mundo, declaró que ha visto escasez y que tuvo que sustituir productos para mantener el cuidado de los animales.
Smithfield Foods, el mayor productor de carne de cerdo del mundo, declaró que ha visto escasez y que tuvo que sustituir productos para mantener el cuidado de los animales.

Doug Chapin, un productor de lácteos de Michigan, no ha podido comprar frascos de penicilina para sus vacas durante más de un mes.

En Minnesota, el criador de cerdos Randy Spronk reformuló las raciones de alimento debido a la escasez de lisina, un aminoácido que ayuda al crecimiento de los animales.

Las interrupciones a la cadena de suministro están afectando a los productores de carne de Estados Unidos y obligándolos a buscar alternativas mientras tratan de cuidar a sus animales de granja y mantener bajos los costos.

La escasez de algunos medicamentos como la penicilina refleja en parte una competencia por materias primas entre personas y animales, ya que la pandemia de COVID-19 cambió la demanda e interrumpió el comercio mundial con atascos en el transporte marítimo y cuellos de botella en los puertos.

Los problemas de abastecimiento, a su vez, hacen que los veterinarios cuestionen prácticas agrícolas de larga data y estén forzando cambios dentro del sector alimentario.

Smithfield Foods, el mayor productor de carne de cerdo del mundo, declaró que ha visto escasez y que tuvo que sustituir productos para mantener el cuidado de los animales.

En estados como Iowa y Minnesota, agricultores dijeron que tienen problemas para conseguir lisina, una alternativa alimenticia más barata que la harina de soja.

Los principales problemas de suministro rodean a los productos de lisina seca fuera de China, dijo Archer-Daniels-Midland. El comerciante de materias primas con sede en Chicago terminó la producción de lisina seca este año y vende una versión líquida.

Los granjeros como Spronk están dando más harina de soja a los cerdos, a un mayor costo, para reemplazar la lisina seca. El cambio ayudó a elevar los futuros de harina de soja de la Bolsa de Chicago a un máximo de cuatro meses el miércoles.

Problemas de suministros

Chapin y su familia también están tratando de abastecerse de penicilina y otros productos en caso de que los animales se enfermen. La penicilina, uno de los medicamentos más usados en la producción ganadera, puede tratar enfermedades respiratorias y otras afecciones.

La escasez generalizada de penicilina en todo el país ha provocado retos para las operaciones de criadores de ganado y productores de lácteos, indicó Patrick Gorden, presidente de una asociación veterinaria.

Los veterinarios han tenido dificultades para encontrar incluso unos pocos frascos de Pen-G, un antibiótico inyectable para el tratamiento de ganado vacuno, ovino y porcino enfermo.

Una escasez similar se da con algunas tetraciclinas, un antibiótico que se usa para tratar infecciones bacterianas en animales de granja, dijeron veterinarios.

En algunos casos, hemos buscado alternativas a la terapia o hemos conversado sobre si este tratamiento es realmente tan eficaz o necesario”, manifestó Gorden.

La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) enumera nueve medicamentos veterinarios que comenzaron a escasear a raíz de la pandemia. La agencia comentó que se puso en contacto con los fabricantes y no sabe cuándo se resolverán los problemas de suministro.

Esta escasez no debería limitar la capacidad de los veterinarios para proporcionar el tratamiento médico apropiado o la eutanasia a las mascotas o al ganado”, dijo José Arce, presidente de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria.

Zoetis Inc, la empresa de salud animal más grande del mundo, no fabrica productos con penicilina, pero informó de “limitaciones localizadas” en otros productos, ya que la pandemia ha afectado las cadenas de suministro. La compañía no quiso identificar los medicamentos.

El fabricante irlandés Bimeda Inc tiene dos productos de penicilina veterinaria en la lista de escasez de medicamentos de la FDA, incluido Pro-Pen-G.

Otro problema es que las materias primas que normalmente se usan para fabricar antibióticos para animales se han desviado para fabricar amoxicilina para humanos, explicó Mary van Dijk, portavoz de Bimeda. Los medicamentos comparten materiales de partida y la demanda de amoxicilina humana aumentó durante la pandemia, señaló.

La amoxicilina se puede usar para tratar infecciones de oído en niños, dolores de garganta y otras afecciones. “Las interrupciones del suministro no están completamente resueltas”, remarcó Van Dijk.

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