La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos optó en su última reunión, en julio, por un recorte de los tipos de interés como parte de un “ajuste de mitad de ciclo”, evitando confirmar que fue el comienzo de un ciclo prolongado de reducción de los tipos que suele adoptar el banco central en momentos de recesión o en los que se espera una desaceleración económica.
"La mayoría de los participantes vieron una propuesta política de flexibilización de un cuarto de punto en esta reunión como parte de una recalibración de la postura de la política, o ajuste de mitad de ciclo", señalaron en su habitual lenguaje hermético las actas de la reunión de política monetaria de julio, que fueron divulgadas este miércoles.
De este modo, los funcionarios de la Fed evitaron afirmar que el recorte de tipos de interés decidido fuera parte de una estrategia más agresiva para continuar con esa tendencia de bajada del precio del dinero en el futuro.
El encuentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés) tuvo lugar el 30 y 31 de julio, y el próximo tendrá lugar el 17 y 18 de setiembre.
Las actas del FOMC también indicaron que la incertidumbre en torno a las políticas comerciales del presidente estadounidense, Donald Trump, no iba a ceder en el corto plazo.
“Un factor importante en esta evaluación fue que las tensiones comerciales internacionales y la evolución económica extranjera parecen moverse en una dirección que podría tener efectos negativos significativos en la economía de Estados Unidos”, argumentaron.
En su última reunión, la Fed confirmó el cambio de rumbo en la política monetaria de Estados Unidos al anunciar una rebaja de los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el rango de entre el 2% y el 2.25%, ante la debilidad económica global y la inflación “apagada” en el país.
Ese fue el primer recorte del precio del dinero en Estados Unidos en más de una década, ya que el anterior se produjo justo después de la aguda crisis financiera de finales del 2008.
Según las actas, los representantes del banco central estadounidense consideraron que este recorte “facilita las condiciones financieras y proporciona un apoyo sustancial a la actividad económica, promueve la recuperación del mercado laboral y evita que la inflación caiga” por debajo del objetivo de la Fed, de 2%.