El Gobierno de Donald Trump prepara nuevas sanciones a Cuba por su apoyo a Nicolás Maduro y está “revisando con más detalle” el papel que Rusia desempeña para que el ilegítimo presidente venezolano se mantenga en el poder, dijo el representante especial de Estados Unidos sobre Venezuela, Elliott Abrams.
La frustración de Trump por el fracaso de su campaña de “máxima presión” para que Maduro abandone el poder ha llevado a sus asesores de política exterior a preparar nuevas medidas y presionar a países europeos y latinoamericanos para que impongan sanciones más duras a Venezuela, sostuvo un segundo funcionario de alto rango del Gobierno bajo condición de anonimato.
Abrams dijo que Washington considera que Cuba y Rusia están brindando un salvavidas a Maduro, nueve meses después de que el Gobierno de Trump y decenas de otros países decidieron no reconocer más al líder chavista como presidente legítimo de Venezuela y en su lugar respaldar al líder opositor Juan Guaidó.
"Siempre estamos buscando formas de presionar (a Cuba) porque no vemos ninguna mejora en su conducta ni respecto de Venezuela ni en los derechos humanos internamente", dijo Abrams en una entrevista en su oficina del Departamento de Estado.
Las sanciones contra Cuba que se están considerando, y se esperan para “las próximas semanas”, probablemente apunten al sector turístico y a cortar el suministro de petróleo que Venezuela entrega a La Habana sobre la base de una lista negra de tanqueros usados para transportar los suministros, sostuvo por su parte la fuente.
Mientras que las sanciones de Washington a Cuba derivan de las acusaciones de que proporciona capacitación, armas e inteligencia a las fuerzas de seguridad de Maduro, apuntar a Rusia obedece en gran medida a su apoyo financiero a Caracas.
El gigante petrolero Rosneft ha ayudado a Venezuela a comercializar su crudo desde que Washington impuso sanciones a la petrolera estatal PDVSA en enero.
Cuando se le preguntó si Washington está preparando sanciones contra Rosneft, Abrams dijo que el Gobierno está "observando más de cerca a Rosneft por su apoyo al régimen", pero se negó a especificar entidades o personas.
A comienzos de agosto, Washington congeló los activos del Gobierno venezolano en Estados Unidos y amenazó con "sanciones secundarias" a cualquier empresa relacionada con Maduro, en una nueva escalada de presión que se estimó apuntaría a Rosneft.
Abrams dijo que Washington ahora intenta "dar nombres" y que se esperan nuevas sanciones a individuos en los próximos tres meses.
Pero funcionarios estadounidenses reconocen la cautela respecto a apuntar a una compañía de tanto alcance como Rosneft por sus lazos con Venezuela.
"No podemos darnos el lujo de improvisar", dijo el alto funcionario de la Casa Blanca, enfatizando que no se refería específicamente a Rosneft.
"Si se trata de una empresa que sólo está haciendo negocios en Venezuela, se podría actuar. Pero cuando se trata de entidades que tienen múltiples componentes, tenemos que ser minuciosos".
El Gobierno de Trump también reconoce el riesgo de sumar presiones a la relación entre Estados Unidos y Rusia, tensa por desacuerdos geopolíticos en temas como Siria, Ucrania y el control de armas.