Por Noah Smith
El éxito de una sociedad no solo se mide por la economía, sino que también por la fuerza de las relaciones humanas. Según esa medida, Estados Unidos está cayendo peligrosamente. Volver a unir a los estadounidenses requerirá un esfuerzo vigoroso en todos los niveles de la sociedad, y las políticas públicas tendrán un papel que desempeñar.
En el papel, Estados Unidos sigue siendo una de las naciones más ricas del mundo, incluso después de tener en cuenta la desigualdad. Pero tiene muchos problemas que no se captan completamente en las estadísticas de ingresos y producción, pero que reducen la calidad de vida de sus habitantes. Una de ellas es una alta tasa de delitos violentos.
Estados Unidos tiene una tasa de asesinatos per cápita más de cuatro veces mayor que la del Reino Unido, y más de 25 veces mayor que la de Japón. Otro problema es la mala salud: la obesidad, los medicamentos opiáceos y otros problemas se han combinado para llevar la esperanza de vida en Estados Unidos por debajo de la de sus pares del mundo rico.
Pero además de estos problemas, hay una creciente evidencia de que Estados Unidos sufre una epidemia de aislamiento social. Las investigaciones muestran constantemente que las relaciones personales cercanas son factores clave para determinar la felicidad humana.
Entonces, cuando nos preguntamos por qué los estadounidenses se han vuelto más infelices en los últimos años, la razón principal que hay que indagar es el colapso de las relaciones interpersonales.
Los sociólogos han documentado una disminución en la participación cívica de los estadounidenses durante décadas. Pero las generaciones recientes pueden sentir el aguijón de la soledad aún más agudamente. Una encuesta reciente encontró que 43% de los estadounidenses se siente socialmente aislado, y que los miembros de la Generación Z, el grupo compuesto por los actuales adolescentes y jóvenes de alrededor de 20 años, son los más solitarios de todos. Otras encuestas muestran lo mismo y alrededor de una cuarta parte de los jóvenes dice que no tiene amigos.
Las relaciones románticas también están disminuyendo. Una encuesta de Pew realizada a fines de 2019 encontró que 37% de los estadounidenses solteros de entre 18 y 29 años no buscaban relaciones a largo plazo ni casuales, y la mayoría dijo que tenía otras prioridades o simplemente que no tenía interés. Una pluralidad de los encuestados dijo que las citas se han vuelto más difíciles en la última década, a pesar de la proliferación de aplicaciones diseñadas para ayudar con el proceso.
Mientras tanto, mucha evidencia muestra que los jóvenes estadounidenses tienen menos relaciones sexuales que nunca, incluso en una época de costumbres permisivas. Y la tasa de matrimonios en Estados Unidos está en mínimos históricos. El sociólogo Rod Graham ha sugerido que el país se enfrenta a un “apocalipsis de la intimidad”.
Se suponía que Internet revertiría estas tendencias. Las aplicaciones sociales y los teléfonos móviles permiten que las personas se mantengan conectadas por video o texto a toda hora del día. Y, sin embargo, en la era de la información, la soledad solo parece haber empeorado. De alguna manera, simplemente facilitar el contacto humano no es suficiente para que las personas construyan relaciones sólidas.
El único punto positivo en los datos es que la pandemia no ha empeorado las cosas, como era de esperar. Parece que el estrés y el aislamiento físico del coronavirus han hecho que los estadounidenses se comuniquen y se apoyen mutuamente. Pero no está claro si la situación realmente ha mejorado o simplemente ha dejado de deteriorarse.
Una gran pregunta es si el Gobierno puede hacer algo para detener la epidemia de la soledad. Desarrollos urbanos más densos y más lugares de reunión pública en los suburbios remotos de Estados Unidos podrían ayudar, pero la investigación no muestra mucha conexión entre la suburbanización y el aislamiento social. Es igual de fácil sentirse solo en Manhattan.
Un enfoque más efectivo podría ser dar a los estadounidenses más tiempo libre en los trabajos. Estados Unidos es conocido por dar a sus empleados muy pocas vacaciones pagadas. Es la única nación avanzada sin tiempo libre anual exigido por el Gobierno federal, y una cuarta parte de los trabajadores no tiene vacaciones pagadas.
Peor aún, los empleos en Estados Unidos son conocidos por dar horarios inciertos y siempre cambiantes a los trabajadores por hora, lo que les obliga a reservar gran parte de su tiempo fuera del trabajo por si se les requiere. Más tiempo libre remunerado y leyes contra la programación irregular podrían dar a los estadounidenses más tiempo para hacer amigos, formar relaciones y cuidar a sus familias.
Otra estrategia es hacer que formar una familia, una de las fuentes más importantes de interacción social a lo largo de la historia humana, sea más asequible. El psicólogo Abraham Maslow creía que los humanos pueden centrarse en buscar el amor y la aceptación solo una vez que gozan de seguridad económica.
Rentas más bajas, atención médica nacional y la complementación de los ingresos pueden aliviar las presiones económicas que mantienen a las personas luchando por dinero, lo que les permitiría concentrarse en las relaciones humanas.
En última instancia, dependerá de los propios estadounidenses reconstruir su sociedad rota, salir de sus cuevas y redescubrir las alegrías de las relaciones humanas. Pero al eliminar los obstáculos económicos que tienen a los estadounidenses inseguros, agotados y con exceso de trabajo, el Gobierno puede dar a las personas el espacio para hacerlo.