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Fomentar el gasto en carreteras, puentes y otra infraestructura podría ser una de las pocas áreas en las que un Congreso estadounidense controlado por los demócratas encuentre puntos en común con el Gobierno de .

Los inversionistas privados que participan de tales proyectos no creen que vayan a producirse cambios, independientemente del resultado de las elecciones legislativas de la semana próxima.

En cambio, están desplegando planes para invertir en todo, desde centros de datos hasta terminales de aeropuerto, activos que requieren poca o ninguna participación del Gobierno federal. Los fondos de infraestructura recaudaron un récord de US$ 37,000 millones a nivel mundial en el tercer trimestre, según el proveedor de datos Preqin. Casi tres cuartas partes de esa cifra se destinaron a transacciones en América del Norte.

"Todavía tenemos la esperanza de que el Gobierno federal produzca un proyecto de ley de infraestructura, pero esa no es la única manera" de financiar los proyectos, dijo Andrew Marino, codirector del Global Infraestructure Opportunity Fund de Carlyle Group LP. "Abunda el capital privado y ya está haciendo una diferencia".

La elección del presidente Donald Trump en el 2016 alimentó el optimismo de que Estados Unidos se embarcaría en una gran ola de infraestructura. Pero los esfuerzos de su Gobierno para aprobar cualquier legislación se estancaron cuando los miembros del Congreso discutieron sobre cómo pagar por ello.

Los demócratas han reavivado el debate sobre la aprobación de fondos para reparar y mejorar las carreteras, puentes y túneles del país mientras intentan recuperar el control del Congreso. La líder de la minoría de la Cámara de Diputados, Nancy Pelosi, dijo recientemente que quería "construir la infraestructura de EE.UU. de un océano al otro".

Rencor
Los inversores que han visto al Congreso luchar por aprobar proyectos de ley de gastos anuales no están exactamente convencidos de que pronto pueda llegar un paquete de infraestructura desde Washington. Cualquier nueva iniciativa se complicaría por el hecho de que se están inflando los déficits del presupuesto federal. El rencor partidista podría hacerlo aún más difícil.

Incluso sin un gran paquete de infraestructura del Congreso, hay áreas en las que Washington ya está ayudando. Por ejemplo, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ha distribuido casi US$ 3,200 millones para mejorar los aeropuertos de EE.UU.

Los proyectos respaldados por la FAA abarcan desde la reubicación de una pista en el aeropuerto del condado de Aspen-Pitkin, en Colorado, hasta completar una nueva pista en el Aeropuerto Internacional de Atlanta Hartsfield-Jackson.

Pero hay mucho más trabajo por hacer. Es por eso que los fondos de pensiones y de riqueza soberana y otras instituciones se han entusiasmado tanto con la inversión en infraestructura. Los proyectos tienen potencial para generar retornos atractivos y relativamente estables, y ahora hay muchos activos disponibles.

A cuatro días para las elecciones, las encuestas les dan a los demócratas una posibilidad mucho más alta de recuperar la Cámara de Diputados que el Senado. Sin embargo, el resultado probablemente no obstruya ni un poco las inversiones en infraestructura, según Tim Bath, director gerente y jefe de infraestructura del banco de inversiones PJ Solomon.

"El mercado está en alza desde una perspectiva de actividad y se está recaudando una cantidad récord de capital", dijo. "Se espera que esa tendencia continúe independientemente del resultado de las elecciones legislativas".