Los funcionarios de salud pública de algunos estados de Estados Unidos están siendo acusados de alterar las estadísticas sobre las infecciones de coronavirus e incluso de recurrir a artimañas para hacer que las cosas parezcan mejor de lo que están.
El riesgo es que los políticos, los dueños de negocios y la gente que necesita decidir sobre las cuarentenas, reanudación de actividades y otros asuntos cotidianos pueden tener la impresión de que la propagación del virus está más controlada de lo que en realidad está.
En Virginia, Texas y Vermont, por ejemplo, las autoridades dijeron que están combinando los resultados de las pruebas virales que muestran una infección activa, con pruebas de anticuerpos, que muestran un contagio pasado. Los expertos en salud pública aseguran que ello puede brindar totales elevados en volumen de pruebas, pero no refleja el verdadero panorama sobre la propagación del virus.
En Florida, la experta en ciencia de datos que desarrolló un tablero virtual sobre los casos de coronavirus en el estado, Rebekah Jones, dijo esta semana que fue despedida por rehusarse a manipular estadísticas “a fin de aumentar el apoyo a un plan de reapertura”. Funcionarios de salud no respondieron de momento el martes a las llamadas para que hicieran declaraciones.
En Georgia, uno de los primeros estados en reducir las restricciones y garantizar al público que era seguro salir de nuevo, el Departamento de Salud Pública dio a conocer una gráfica alrededor del 11 de mayo en la que se mostraba que el número de nuevos casos de COVID-19 iba descendiendo en los condados más afectados. Sin embargo, los registros diarios no estaban acomodados en orden cronológico, sino en orden descendente.
Por ejemplo, los totales del 7 de mayo antecedían a los del 26 de abril y a estos les seguían los del 3 de mayo. Un vistazo rápido a la gráfica hacia parecer que el declive era más constante de lo que en realidad era. La gráfica fue borrada en menos de un día.
La representante estatal demócrata de Georgia, Jasmine Clark, que tiene doctorado en microbiología, dijo que la gráfica era un “ejemplo perfecto de un delito”.
“Tristemente parece que ha habido un intento de hacer que las estadísticas encajen con el discurso y no es así como funcionan las estadísticas”, apuntó.
La oficina del gobernador republicano Brian Kemp rechazó que hubiera algún intento de engañar al público.
De acuerdo con las directrices del gobierno del presidente Donald Trump, los estados deben registrar una tendencia descendente en las infecciones durante 14 días antes de reanudar actividades económicas. Sin embargo, algunos estados han reabierto aun cuando las infecciones continúan en ascenso o se ha estabilizado. También se ha indicado a los estados que aumenten el volumen de pruebas y el rastreo de contactos.
Estados Unidos acumula 1.5 millones de contagios confirmados y más de 90,000 muertos.
Vermont y Virginia dijeron haber dejado de combinar ambos tipos de pruebas en los últimos días. Sin embargo, las autoridades de salud de Virginia, donde el gobernador demócrata Ralph Northam ha flexibilizado las restricciones, afirmaron que la combinación de las cifras no causó diferencia en la tendencia general.
En Texas, donde las autoridades de salud dijeron la semana pasada que estaban incluyendo algunos resultados de anticuerpos en sus totales de pruebas y conteos de casos, el gobernador republicano Greg Abbott dijo el lunes que las cifras no estaban entremezcladas. Las autoridades de salud no respondieron a las solicitudes de que hicieran una aclaración.
El Departamento de Salud Pública de Georgia también publica con regularidad una gráfica que muestra el número de casos en relación al tiempo, pero las nuevas infecciones son incluidas el día que dieron positivo, que es la práctica en muchos otros estados. Georgia incluye los nuevos casos en el día en que el paciente informó de los primeros síntomas.
Esa práctica puede modificar el ritmo del brote y hacerlo aparecer como si el estado estuviera superando el punto más alto.
La portavoz de Kemp, Candice Broce, insistió en que la oficina del gobernador no le está diciendo al departamento qué hacer y que los funcionarios no intentan maquillar las estadísticas para mejorar su imagen. Eso “no podía estar más lejos de la verdad”, aseveró.
Sobre la gráfica del 11 de mayo, Broce dijo que las autoridades de salud pública intentaban destacar los días con los picos más alto de las infecciones. “No tenía como propósito engañar”, dijo Broce. “Siempre tuvo la finalidad de ser útil”.
Thomas Tsai, profesor del Instituto de Salud Global de Harvard, dijo que la manera como Georgia difunde la información dificulta entender cuál es la situación del momento y que le preocupa que otros estados también difundan estadísticas que no reflejen la información más actualizada.
Jennifer Nuzzo, una académica del Centro Johns Hopkins para Seguridad Sanitaria, dijo que muchos de esos casos no necesariamente son el resultado de un intento de engañar al público. Por ejemplo, afirmó Nuzzo, los estados podrían no contar con sistemas de información actualizada que les permitan distinguir la diferencia entre una prueba de anticuerpos y una prueba viral.
Aun así, si los estados están combinando muchos números de pruebas, “no vas a poder tomar buenas decisiones sobre una reapertura ni sobre el nivel de la enfermedad que tienes en la comunidad”, agregó.