Prorrogar los cierres de escuelas y lugares de trabajo en el epicentro de la epidemia del coronavirus en China podría retrasar una segunda ola de infecciones, dijeron investigadores, instando al resto del mundo a tomar nota.
Luego de que adoptó medidas de contención mayormente exitosas y el epicentro de la epidemia se trasladó a Europa, China ha flexibilizado una cuarentena de dos meses en la ciudad de Wuhan, donde se cree que el nuevo coronavirus pasó de animales silvestres a las personas a fines del año pasado.
Un estudio en la revista The Lancet Public Health, sin embargo, sugirió que una cuarentena continua en Wuhan hasta abril aplazaría una segunda ola de Covid-19 -la enfermedad causada por el nuevo virus- hasta más adelante en el año. Eso daría a los servicios sanitarios más tiempo para recuperarse y expandirse, lo que potencialmente salvaría más vidas.
“La ciudad ahora necesitar ser realmente cuidadosa para evitar levantar prematuramente las medidas de distanciamiento físico, debido a que eso podría llevar a pico anticipado de casos de la segunda ola”, dijo Kiesha Prem, especialista de la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), quien colideró el estudio.
“Si relajan las restricciones gradualmente, es posible que eso retrase el pico y aplane la curva”, agregó.
El estudio utilizó modelos matemáticos para simular extender o flexibilizar los cierres de escuelas y lugares de trabajo en Wuhan, una ciudad de 11 millones de personas cuyo nombre se ha vuelto sinónimo de coronavirus para gran parte del mundo.
Al levantar las medidas de control ahora, una segunda ola de infecciones podría ocurrir a fines de agosto, sugirieron los análisis. Pero mantener las cuarentenas hasta abril posiblemente retrasaría el pico hasta octubre, dando a los trabajadores de la salud una oportunidad para reagruparse.
Los hallazgos son “claves para las autoridades en cualquier lugar”, dijo Tim Colbourn, experto en salud epidemiológica global en el University College London, quien no estuvo involucrado directamente en el estudio.
Sorprendidos por la rápida propagación de la enfermedad, los gobiernos de todo el mundo están intentando replicar las draconianas medidas de cuarentena de China, a la vez que estudian el manejo de recaídas una vez que los picos de la epidemia hayan pasado en sus países.
“Nuestros resultados no se verán exactamente igual en otro país”, dijo Yang Liu, un experto del LSHTM que también trabajó en la investigación.
“Pero creemos que una cosa probablemente se aplica en todas partes: las medidas de distanciamiento físico son muy útiles, y necesitamos ajustar cuidadosamente su flexibilización para evitar posteriores olas de infección. Si esas olas llegan demasiado rápido, eso podría abrumar a los sistemas de salud”.