El llamamiento del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que se investigaran en un plazo de 90 días los orígenes del coronavirus se produjo después de que la inteligencia del país comunicara a la Casa Blanca que disponen de gran cantidad de pruebas sin examinar que podrían arrojar luz sobre este asunto.
Así lo explica hoy The New York Times, quien asegura que los servicios de inteligencia del país le pidieron a Biden tiempo adicional para analizar mediante procesos informáticos todo el material de que disponen.
Según el diario, que cita como fuente a los funcionarios de inteligencia, estos servicios tratarán de aplicar una cantidad “extraordinaria” de recursos informáticos para comprobar si el Sars-Cov-2 se filtró accidentalmente de un laboratorio de Wuhan, en China, epicentro de la pandemia.
Estas investigaciones sugieren que el Gobierno de Estados Unidos puede no haber agotado las bases de datos de que dispone de las comunicaciones chinas, el movimiento de trabajadores en el citado laboratorio y el patrón de cómo se originó el brote de la enfermedad en la ciudad de Wuhan.
La iniciativa de Biden, que ha generado un intercambio de acusaciones en Beijing y Washington, tiene como objetivo presionar a los países aliados y a las agencias de inteligencia estadounidenses para que extraigan información existente sobre el tema, como interceptaciones, testigos o evidencias biológicas, así como buscar alguna prueba que pueda determinar si el Gobierno chino encubrió un accidente.
No obstante, el diario recuerda que el esfuerzo por obtener evidencias de las comunicaciones interceptadas dentro de China, un objetivo notoriamente difícil, ha dado poco resultado.
Antiguos funcionarios de inteligencia y otros en activo han dicho que dudan mucho de que alguien encuentre un correo electrónico, un mensaje de texto o un documento que aporte pruebas de un accidente de laboratorio.
La teoría de que el virus surgió en un laboratorio de Wuhan volvió a ganar fuerza después de que el diario The Wall Street Journal publicara recientemente un informe en el que presuntamente se destapaba que varios investigadores del Instituto de Virología de la ciudad enfermaron en noviembre de 2019.
El lunes, China tachó de “falsas” estas informaciones, pero Biden recalcó ayer que Washington y sus socios “presionarán” a Beijing para que participe en una investigación internacional “completa y transparente”.