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Ha sido una proeza en plena epidemia. Un hospital improvisado construido en 10 días acoge a sus primeros pacientes en Wuhan, con la ambición de aliviar a los establecimientos sobrecargados de la ciudad china, cuna del nuevo coronavirus.

Los chinos se apasionaron por construir esta estructura de 1.000 camas. La televisión transmitía 24 horas en internet las imágenes de unos 4.000 obreros y del ejército de excavadoras que se activaban en esta obra espectacular.

Bajo control militar, este edificio llamado “Huoshenshan” es uno de los dos hospitales prefabricados construidos para aliviar la presión sobre los establecimientos hospitalarios de esta metrópolis de 11 millones de habitantes, que se enfrentan a una enorme afluencia de pacientes.

Un grupo de 50 personas infectadas por la neumonía viral fue trasladado el martes al centro médico de 34.000 metros cuadrados, anunció la agencia de noticias Xinhua.

La televisión pública CCTV mostró pacientes equipados con máscaras que descienden de ambulancias rojas y blancas y se sientan en sillas de ruedas o camillas, con la ayuda de médicos en traje integral azul.

El brote de neumonía en curso, más mortífero en China que el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) de 2002-2003, ya causó 425 muertes, la mayoría en la provincia de Hubei, de las que Wuhan es la capital. El coronavirus también se propagó a otros 20 países.

El nuevo hospital se construyó con trabajadores movilizados día y noche. Todos llevaban máscaras, como exigen las autoridades para todos los habitantes de Wuhan.

Después de allanar el terreno, hundir los cimientos de hormigón y conectar el sitio con agua y electricidad, instalaron con materiales prefabricados más de 400 habitaciones, equipadas con aparatos médicos y baños.

El sitio está conectado a la 5G. Esto permitirá tener telecomunicaciones ultrarrápidas y realizar diagnósticos de vídeo a distancia por expertos que puedan guiar al personal in situ, según la agencia de noticias china.

Huoshenshan” significa “montaña del Dios del Fuego”, un personaje de la mitología taoísta que supuestamente evacúa los virus que golpean el cuerpo gracias al calor que desprende.

El hospital fue asignado el domingo al ejército. Un equipo médico militar integrado por 1.400 personas trabaja en la zona, algunas de las cuales ya participaron en la lucha contra el SARS y el ébola.

Un segundo hospital improvisado que se está construyendo actualmente en Wuhan, en un lugar llamado Leishenshan (“Monte del Dios del Rayo”, el que castiga a los que persiguen a los hombres), debe acoger a sus primeros pacientes esta semana. El mismo debería tener 1.600 camas.

Ambas instalaciones se construyeron siguiendo el modelo del hospital de Xiaotangshan en Beijing. Este se construyó en 2003, en una semana, para acoger a enfermos del SARS. Aquella epidemia se cobró 349 vidas en China continental y casi 300 en el territorio semiautónomo de Hong Kong.

La construcción del Hospital de Huoshenshan fue celebrada por la propaganda del Estado como símbolo de la fuerza de movilización excepcional de la que es capaz China ante los desastres y enmascaró temporalmente las críticas de las que son objeto las autoridades de Wuhan por la supuesta lentitud con que decretaron el estado de emergencia ante la epidemia.