Los colombianos comenzaron a votar este domingo para elegir un nuevo Congreso y definir la baraja de candidatos que enfrentarán al senador y exguerrillero Gustavo Petro en las presidenciales del 29 de mayo, en las que por primera vez la izquierda parte como favorita.
Alrededor de 39 millones de personas están habilitadas para elegir las dos cámaras del parlamento (casi 300 escaños) y participar en las primarias o consultas de partidos. La jornada inició a las 13H00 GMT sin contratiempos y concluirá a las 21H00 GMT.
Sin embargo, las expectativas se centran en la definición de los candidatos presidenciales más que en la composición del próximo Congreso, y en la abstención, que tradicionalmente ha rondado el 50% en un país donde el voto es voluntario.
“Es probable que el debate por las consultas haya opacado la discusión por el Congreso”, señala a la AFP el analista político Alejo Vargas, de la Universidad Nacional.
La izquierda prevé nominar a Petro como su candidato, mientras las coaliciones de derecha y centro determinarán sus cartas entre un abanico de diez nombres.
Petro, exalcalde de Bogotá, de 61 años y quien dejó las armas en 1990, domina la intención de voto en todas las encuestas.
Aún eclipsadas por las consultas partidistas, las legislativas medirán el ánimo de los electores de cara al 29 de mayo, cuando volverán a las urnas para decidir el sucesor del impopular Iván Duque, quien completará el 7 de agosto su mandato de cuatro años sin derecho a reelección.
“Queremos que hoy salgan los ciudadanos masivamente (...) el triunfo de la democracia también es un rechazo a la violencia”, declaró el mandatario.
Y sobre la mesa, varias preocupaciones: el empobrecimiento y desempleo desencadenados por la pandemia, el repunte de la violencia que siguió al acuerdo de paz con las extintas FARC -también blanco de ataques tras su desarme- y la inseguridad en las grandes ciudades.
Además, todavía resuenan los ecos de las masivas protestas del año pasado, que fueron duramente reprimidas y destaparon un profundo malestar social.
¿Voto castigo?
Dominado por fuerzas de derecha y partidos tradicionales, el Congreso es la institución más desprestigiada del país. Los escándalos de corrupción lo hundieron en la desaprobación: el 86% de los colombianos tenían hasta el año pasado una imagen desfavorable del mismo, según la encuestadora Invamer.
El Centro Democrático, el partido en el poder y el más votado para el Senado en 2018, se expone a un castigo en las urnas ante el desempeño de Duque, cuya impopularidad ronda el 70%.
A diferencia de las últimas legislativas, esta vez la derecha no cuenta con su mayor elector: el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), el político más influyente de este siglo y quien debió renunciar al Senado tras obtener la mayor votación en 2018 debido a sus problemas con la justicia por presunta manipulación de testigos.
Muy seguramente “el Centro Democrático va a dejar de ser la primera fuerza” si bien seguirá teniendo una “participación importante”, señala Vargas.
Frente al probable retroceso del uribismo podrían avanzar la coalición de izquierda que apoya a Petro y las fuerzas de centro.
Con los resultados de las consultas partidistas, arrancará en firme la competencia presidencial. Hasta el momento la campaña ha girado en torno a la figura de Petro y su ambicioso plan de reformas.
Muy presente en la plaza pública como en redes sociales, el senador, que perdió el balotaje con Duque en 2018, espera conocer a sus rivales este domingo.
En la centro-derecha el favorito es el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez (47 años) y en la coalición de centro las apuestas están divididas entre el exgobernador Sergio Fajardo y el liberal Alejandro Gaviria.
La baraja principal de presidenciables la completan el exministro Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático; el independiente Rodolfo Hernández e Ingrid Betancourt, la excandidata y exrehén de las FARC.
Paz, a la sombra
Bajo un amplio dispositivo militar y policial, estos comicios tienen como novedad la elección de los 16 representantes de las víctimas justamente en las zonas rurales más castigadas por el conflicto armado.
Quienes se impongan en las urnas ocuparán las curules transitorias de paz, surgidas del acuerdo de 2016 con las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
“Hace cuatro años el país estaba mucho más polarizado alrededor del tema de la paz, eso ya por supuesto queda en la distancia: ni en los candidatos ni en la sociedad es una prioridad”, anota Vargas.
El ejército desplegó unos 33,000 efectivos cerca de la frontera con Venezuela y en otros puntos donde operan los grupos armados.
Entretanto Comunes, el partido formado por los exguerrilleros, enfrenta su propia prueba. Aunque el convenio de paz les garantiza 10 escaños hasta 2026, los antiguos rebeldes se presentan a estas elecciones para medir su aceptación tras el descalabro de hace cuatro años, cuando obtuvieron el 0,3% de los votos.