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El mundo no puede resolver el problema del cambio climático únicamente culpando a los productores de energía como Royal Dutch Shell Plc, asegura el máximo ejecutivo de la compañía.
Hablando en un evento en Londres interrumpido por manifestantes que acusaron a los asistentes de destruir el planeta, el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, dijo que la industria petrolera debe tomar medidas radicales para reducir las emisiones de carbono, pero los consumidores deben hacer lo mismo.
“Somos nosotros, como sociedad, los que necesitamos transformarnos, no solo los proveedores de energía”, dijo Van Beurden en una entrevista televisiva a Bloomberg al margen de la conferencia Oil & Money el miércoles. “Para descarbonizar el sistema de energía, no se trata de obligar a las personas a tomar un suministro bajo en carbono”.
Las grandes petroleras están cada vez más presionadas por los inversionistas y el público para alejarse más rápidamente de los combustibles fósiles que calientan el planeta. Shell está invirtiendo en parques eólicos y carga de automóviles eléctricos y a hidrógeno, mientras continúa inyectando miles de millones en su negocio tradicional de combustibles fósiles.
“No somos una gran petrolera, somos una gran proveedora de energía”, dice Van Beurden. En un guiño al cambio climático y la transición energética, la conferencia Oil & Money (Petróleo y Dinero) cambiará su nombre el próximo año a Foro de Inteligencia Energética.
“El cambio climático es el mayor desafío que enfrenta la industria energética, pero la industria energética no es el mayor desafío para un mundo que trata de enfrentar el cambio climático”, afirma Van Beurden. “No bombeamos petróleo y gas desde el suelo y luego lo dejamos en instalaciones de almacenamiento. La gente lo consume. Conducen. Cocinan. Dirigen sus negocios”.
Si bien Van Beurden y sus colegas buscaron resaltar sus inversiones en energía sostenible y reducción de carbono, ninguno de ellos adoptó las medidas más radicales sugeridas por Extinction Rebellion, que hizo repetidas incursiones en el evento de Londres para exigir ruidosamente la eliminación de todas las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2025.
“Se puede ver la aceleración de cómo se moviliza la sociedad, lo que creo que es algo bueno”, afirma Van Beurden. Pero el mundo necesita “un debate más maduro en el que proveedores y usuarios de energía se unan para descubrir cómo hacer las cosas”.