Bundesbank
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El constata que en la actualidad la economía se enfría notablemente en Alemania, tras un periodo de gran prosperidad económica, pero espera una estabilización en el segundo semestre.

"La economía se está enfriando notablemente en Alemania tras un periodo de gran prosperidad económica", dice el Bundesbank, el banco central del país, en su boletín económico de junio, publicado hoy.

El banco central de prevé que la economía alemana crecerá 0.6% este año, 1.2% en el 2020 y 1.3% en el 2021, con una inflación de 1.4%, 1.5% y 1.7% respectivamente.

En comparación con sus pronósticos de diciembre, estas cifras suponen una fuerte revisión a la baja de sus pronósticos de crecimiento para este año y, en menor medida, para el próximo.

Entonces el Bundesbank consideró que la economía alemana podría mantener su prosperidad económica y que el debilitamiento en el tercer trimestre del 2018 se produjo en gran parte por "las dificultades transitorias de la industria automovilística", pero que esto no iba a cambiar la situación.

El Bundesbank pronosticó hace seis meses un crecimiento de 1.6% para este año y el 2020 y de 1.5% para el 2021 con una inflación de 1.4% este año y de 1.8% los próximos dos años.

No obstante, el Bundesbank añade que "se mantienen intactos, antes como ahora, los impulsos económicos internos".

La caída de la industria, que sufre por el debilitamiento de las exportaciones, es el factor decisivo del debilitamiento de la economía alemana.

El Bundesbank prevé que las exportaciones crecerán de nuevo con más fuerza en la segunda mitad del año, de lo que podría beneficiarse la industria.

El consumo privado y las inversiones podrían subir en el futuro de forma sólida, pero más débil que este año, porque el crecimiento del empleo va a ralentizarse debido a factores demográficos.

El Bundesbank también espera que la política financiera tendrá los próximos años un efecto expansivo.

El superávit presupuestario bajará este año notablemente, aunque seguirá siendo aproximadamente 1% del Producto Bruto Interno (PBI), y se reducirá más los próximos años por una política fiscal más expansiva.

La cuota de endeudamiento de Alemania, que creció en el primer trimestre 0.4%, bajará este año por debajo de 60%, el máximo que establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

El Gobierno alemán ha rebajado también fuertemente, en cinco décimas, su previsión de crecimiento económico para el 2019, hasta 0.5%, por la inseguridad ante el Brexit y las tensiones comerciales internacionales, y en el 2020 espera un crecimiento de 1.5%.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue diciendo a Alemania desde hace tiempo que aumente más su gasto o baje los impuestos para impulsar el crecimiento y porque tiene espacio fiscal para ello, aunque el Gobierno alemán insiste en que invierte a niveles récord en infraestructura, educación e investigación y que además ha apostado por las "tecnologías de futuro", como la inteligencia artificial.

Los principales institutos del país también bajaron en abril sus pronósticos de crecimiento once décimas, hasta el 0,8 %, para este año, la menor tasa en siete años, por las guerras comerciales y el Brexit.

La entrada de pedidos a la industria alemana subió en abril 0.3% en comparación con el mes anterior, tras una estabilización de los pedidos de fuera de Europa, aunque los de Alemania y la zona del euro mantienen la tendencia bajista.

Pero la producción industrial bajó en abril 1.9%, respecto al mes anterior, y se prevé que caiga más.

La confianza empresarial bajó en mayo en Alemania al nivel más bajo desde hace cuatro años y medio, por el debilitamiento de la industria, que es muy dependiente de las exportaciones y se ve afectada por el debilitamiento de China y Estados Unidos.

Se mantienen las nubes en el horizonte económico alemán, pero se espera una mejora de la situación económica en el segundo semestre por la recuperación de la producción automovilística y de la economía global.