Militantes opositores se manifestaban el lunes frente a los centros de cómputo mientras observadores internacionales hacían llamados al Tribunal Electoral para que reanude la trasmisión de los resultados de las reñidas elecciones presidenciales en Bolivia suspendidas la víspera.
A pesar de los pedidos, el TSE mantenía silencio cerca del mediodía del lunes.
“Algo huele mal, algo está pasando”, decían seguidores del expresidente y candidato opositor Carlos Mesa, quien más temprano denunció una supuesta manipulación del escrutinio para impedir una segunda vuelta.
“Han pasado muchas horas y esta manipulación lo que busca es bloquear la segunda vuelta”, dijo Mesa.
El TSE interrumpió la transmisión de los conteos y pasadas más de 15 horas no se han reanudado.
La misión de observadores de la OEA señaló en un comunicado que “mantiene sus observaciones... Es crucial que este proceso se lleve a cabo con agilidad y transparencia”.
Con el 83.7% de las actas computadas en el conteo rápido, el presidente y candidato Evo Morales -al frente del partido Movimiento al Socialismo (MAS)- estaba a la cabeza del cómputo con 45.28% de los votos frente al 38.16% de Mesa, quien gobernó entre el 2003 y2005 y ahora compite por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).
Los resultados finales deben ser entregados en siete días.
A medida que el recuento se enlentece la tensión sube en el país y aumentan los pronunciamientos en contra del TSE.
El 17% restante que falta computar puede ser fundamental para saber si vamos segunda vuelta, dijo el profesor universitario de ciencia política, Eduardo Silva.
Bolivia amaneció el lunes a la espera de mayor claridad sobre el avance de los resultados preliminares.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más un voto o ganar con al menos 40% de los sufragios, pero con una diferencia de diez puntos porcentuales frente al segundo lugar.
Analistas han dicho que la segunda vuelta es irreversible y anticiparon que la polarización aumentará la incertidumbre hasta diciembre. Mesa dijo que “es un hecho” la segunda vuelta, en cambio Morales se declaró ganador el domingo por la noche y no aludió a un eventual balotaje.
“El gobierno argentino sigue con atención el desarrollo del escrutinio... esperando que concluya rápidamente el cómputo de votos interrumpido así como la publicación de resultados oficiales”, dijo la cancillería argentina en un comunicado el lunes.
También la cancillería de Brasil señaló, mediante Twitter, que le “preocupa mucho la interrupción imprevista” de los cómputos.
Las autoridades de gobierno se mantenían en silencio el lunes.
En tanto en las calles de La Paz se respiraba una mezcla de triunfo y duda. “Es un buen resultado. Muchos no estamos de acuerdo en que Evo siga. Esperamos que el voto de la segunda vuelta se respete”, dijo la universitaria Andrea Morales.
“Ha sido impresionante que Mesa se haya acercado a Evo. Tiene que haber segunda vuelta”, sostuvo el funcionario Joaquín Miguel.
El pastor evangélico coreano boliviano Chi Hyun Chung dio la sorpresa al ocupar un tercer lugar con 8.7% de los votos y anticipó su apoyo a Mesa.
En su largo gobierno, Morales garantizó estabilidad política y económica con tasas de crecimiento promedio anual por encima de 4% durante 10 años y redujo la pobreza, pero los escándalos de corrupción y su afán de reelegirse, pasando por alto un referendo que en el 2016 le negó esa posibilidad, deterioran su apoyo, según los analistas.
“Estamos como en el escenario del referendo del 2016” cuando Morales perdió por estrecho margen la consulta para su tercera reelección consecutiva, dijo el analista Marcelo Silva, profesor de ciencia política en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz.
“Es un escenario polarizado que demandará de acuerdos políticos para garantizar la gobernabilidad”, dijo a su vez la politóloga María Teresa Zegada, profesora en la universidad pública de Cochabamba.
Mesa es un periodista e historiador de 66 años que como vicepresidente ascendió al primer puesto de la nación cuando su predecesor renunció en el 2003 en medio de protestas generalizadas.
“La gran pregunta es si una oposición relativamente débil y fragmentada podrá unir y desafiar a Morales, cuyo fracaso en primera vuelta refleja la creciente preocupación por la desaceleración de la economía, los escándalos de corrupción y perseguir su reelección desafiando un referendo y la constitución”, dijo desde Washington Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.