- Román Viruete era considerado un caso de éxito por lo que era entrevistado por la prensa
- Él hizo ver que ganó varios premios, pero todo era una farsa
- Tras cometer el crimen huyó, pero se hizo pasar por otra persona para seguir su vida como si nada
César Román Viruete era un personaje conocido en el mundo de los negocios, ya que se construyó la fama de un empresario de éxito; si bien, era entrevistado por la prensa, su vida dio un giro radical cuando su nombre acaparó las portadas de los medios de comunicación españoles tras ser acusado de haber asesinado y descuartizado a su novia Heidi Paz en 2018. Tras su detención se descubrió la red de mentiras que construyó durante toda su existencia el autodenominado “El Rey del Cachopo”, apelativo que se puso por un premio que ganó, pero – como era de suponerse – este reconocimiento también había sido una farsa. A continuación, la historia real de este individuo.
Cabe mencionar que este caso llega a Netflix el 10 de mayo de 2024. La docuserie, de tres episodios, nos muestra la telaraña de secretos, identidades falsas, engaños y más de este cocinero que se ganó el desprecio de todos. “Era un mentiroso, vende humos, un estafador…”, fueron algunos de los calificativos que se escucha en el tráiler de la producción.
César Román Viruete era un empresario que se autodenominaba “El rey del cachopo”, nombre con el que daba diversas entrevistas a la prensa, a la que mostraba con orgullo el premio que había obtenido en 2016, y que, por supuesto, era completamente falso, pero hasta ese momento, nadie lo sabía. Bueno, nadie conocía quién era realmente, ya que tuvo varias identidades. A algunos, les dijo que era un guardia civil; a otros, un infiltrado en organizaciones satelitales del mundo de ETA (una organización terrorista nacionalista vasca); mientras que en otro escenario, se presentó como el dueño de una taberna en Maracaibo; por supuesto, todas eran mentiras.
Se sabe que cuando era joven incursionó en la política, militando en los partidos La Falange, PxC y el CDS; sin embargo, no le fue tan bien. Mientras esperaba que su vida cambie, trabajó como camarero y cocinero. Más adelante se instaló en Madrid, donde inauguró su primer negocio llamado A Cañada Delic Experience, un restaurante con comida del norte de España y cuyo plato estrella era el cachopo. Debido a la aceptación que tuvo, abrió cinco locales más, por lo que comenzó a adquirir cierta notoriedad en el mundo empresarial.
Rápidamente se convirtió en un personaje habitual en los medios de comunicación para hablar de su caso de éxito; lo que nadie sabía es que era un completo fraude, que llegó a engañar al sector de la alta cocina madrileña, a la que hizo creer que ganó – entre otros premios – al Mejor Pulpo de la Feria de la Comunidad de Madrid.
Pero como vivía en un mundo de fantasía, se hizo de otro reconocimiento en un concurso que el mismo había creado para que ganar el apelativo de “El rey del cachopo”. Esto ocurrió a fines de 2016. Como no quería que nadie lo descubra y hacer ver que se rodeaba de gente reconocida, no dudó en fotografiarse con personajes del cine y la televisión, músicos, entre otros. Esto lo validaba como un empresario de éxito, tanto así que en abril de 2018 abrió su cuarta sidrería en Madrid. Fue aquí donde conoció a la hondureña Heidi Paz, a quien contrató como camarera.
Después de ventilarse que sus premios eran falsos y amañados, cerró sus restaurantes y terminó con varias deudas. Es más, el 13 de julio pasó dos días en dependencias policiales por un altercado en un bar.
Heidi Paz conoció a César Román cuando se presentó para el puesto de camarera en el negocio de este sujeto. Debido a que la química surgió entre ellos, al poco tiempo iniciaron un romance y se fueron a vivir juntos. La relación no duró y el junio de ese mismo año, la joven se fue de la casa, pero volvió la madrugada del 5 de agosto, sin imaginar que sería el último día de su vida.
Él estaba furioso por todo lo que le había pasado: el cierre de sus negocios, sus mentiras descubiertas y el abandono de su pareja, por lo que no dudó en desfogar su ira al ver a la mujer de 25 años, a quien terminó asesinándola.
Consciente de lo que había hecho, no estaba dispuesto a ir a prisión, por lo que planeó deshacerse del cuerpo. ¿Cómo? Descuartizándola. Separó la cabeza y las extremidades, y se deshizo de ellas; mientras que el tronco lo colocó en una bolsa para meterlo en una maleta. Tras ello, pidió un taxi que lo llevó a una nave industrial del barrio de Usera de Madrid, informó el Ministerio Fiscal.
Días después, Román Viruete echó soda cáustica al tronco. Como no quería dejar rastro alguno, le cortó los senos y los puso junto a otras de las pertenencias de la joven para quemarlos. Para ese momento, ya se conocía sobre la desaparición de Heidi, por lo que se inició una intensa búsqueda. El 13 de agosto de 2018, se encontraron sus restos en una nave abandonada del distrito de Usera. La policía sospechó del cocinero, quien estaba como no habido.
Tras el crimen, César Román Viruete huyó, pero él no quería estar escondido, sino seguir su vida como si nada. Para ello, usó otra identidad y postuló a un puesto en un restaurante de Zaragoza. Le dijo a sus jefes que era un ciudadano venezolano, cuyos padres tenían una taberna en Maracaibo, la cual fue cerrada cuando fallecieron. En ese momento, su aspecto había cambiado: lucía más delgado, se rapó el cabello y tenía la barba muy crecida.
Aunque trató de engañar una vez más, los propietarios del local lo reconocimiento en un programa televisivo, por lo que avisaron a la policía. Él fue detenido el 16 de noviembre de 2018 y negó el crimen.
En 2021, la Audiencia Provincial de Madrid condenó a César Román a 15 años de cárcel por el homicidio de Heidi Paz. Asimismo, lo condenó a 15 años de libertad vigilada posterior y a pagar una indemnización de 142.229 euros a los hijos de la víctima. En una carta escrita desde prisión, confesó el crimen y pidió perdón a la familia, publica Diez Minutos.
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