Dentro del mundo de la numismática, existen ejemplares que despiertan la codicia de muchos coleccionistas. Desde los dólares presidenciales hasta las monedas de producción limitada como las de US$2, pero sin lugar a dudas, una de las más extraordinarias es la llamada Flowing Hair, una moneda de un dólar acuñada en 1794. ¿Su valor? Pues bien, podría llegar a ser subastada por una suma de hasta US$10 millones.
Las empresas y casas de subasta de todo el mundo saben que el negocio de la numismática es encontrar y vender ejemplares sumamente raros a millonarios que están dispuesto a todo por sumar otra pieza a su vasta colección. Una de ellas es la moneda de un dólar, llamada Flowing Hair, y cuyo precio supera todo lo visto en el campo numismático.
La peculiar moneda del llamado “dólar de pelo suelto” posee en su anverso el busto de la estatua de la Libertad, a su vez que en el reverso destaca por su águila rodeada por una guirnalda.
En caso no lo sepas, este diseño fue hecho por Robert Scot, entonces jefe de la Casa de la Moneda, quien se inspiró en el dólar español. Fue así que esta mítica pieza logró ser una de las más emblemáticas durante esos años.
Aunque no hay muchos registros de sus compras o ventas, se sabe que en 2013 un empresario llamado Bruce Morelan logró desembolsar nada menos que US$10,016,875 por un “dólar de plata de cabello que fluye”.
De acuerdo a portales especializados, este tipo de monedas fue creado entre los años 1794 y 1795 y está hecho con un 90% de plata y apenas un 10% de cobre. Su principal rasgo distintivo está en las escasas piezas que están circulando en el mundo.
Aunado a su valor histórico, el mundo de la numismática le ha otorgado cierto valor adicional por el misterio que gira a su alrededor. Eso sí, hay poquísimos ejemplares para un mercado que ofrece hasta cifras de más de 7 dígitos.
En total, se prevé que existen apenas un total de entre 150 y 200 piezas sobrevivientes, por lo que su valor podría aumentar conforme pasen los años.
Lo curioso de este ejemplar, cuyo valor podría ser de unos US$10 millones en adelante, podría estar alojada en un cajón de cualquier persona o en el bolsillo de un ciudadano extranjero. Recordemos que fue puesta en circulación, por lo que podría seguir siendo parte del intercambio comercial de algún negocio o servicio.
Dentro del campo numismático, el valor de una pieza de moneda, billete u objeto histórico no va relacionado directamente con su carga nominal. Es decir, pueden haber piezas de centavos de dólar que, dentro de las casas de subasta, cuestan varios cientos de miles.
Un ejemplo destacado es la “1963 Washington Quarter”, que posee un valor nominal de US$0.25, sin embargo, su valor de mercado oscila entre US$5 y más de US$15,000. ¿La razón de ello? El interés de los coleccionistas y empresas, y la historia detrás de la fabricación de esta pieza.
Aunque la mayoría de las monedas están creadas para tener un valor nominal y ser usadas como medio de intercambio, un gran porcentaje pertenece al ámbito de la numismática y ha dejado de circular debido a su alto valor histórico. Algunas de estas monedas, conocidas como Morgan, pueden alcanzar más de un cuarto de millón de dólares, según portales especializados, dependiendo de factores como su estado de conservación o el año de su diseño. Por tanto, ¿cuáles son y su posible valor?
Gracias a la historia sabemos que, durante la Segunda Guerra Mundial, minerales como el cobre y el estaño fueron dedicados exclusivamente para las fuerzas militares, por lo que en la fabricación de monedas se usó otro tipo de materia prima y método. Por ejemplo, se acuñó en acero y se revistió con zinc, creando unas piezas numismáticas que en la actualidad valen mucho dinero para los coleccionistas. Uno de estos ejemplares es el centavo de 1941. ¿Qué características tiene y cuánto vale?
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