En Nevada, las leyes laborales han experimentado varios cambios en los últimos años, especialmente en lo que respecta al salario mínimo. Estos ajustes reflejan un esfuerzo por mejorar las condiciones de trabajo y garantizar una compensación justa para todos los empleados, independientemente de su situación laboral o de los beneficios adicionales que puedan recibir en Estados Unidos. Las reformas recientes han buscado simplificar y uniformar el salario mínimo, respondiendo a las necesidades actuales de los trabajadores en el estado.
Este enfoque más equitativo hacia la remuneración ha sido influenciado por las decisiones tomadas tanto por legisladores como por los votantes, quienes han apoyado cambios constitucionales para establecer un estándar claro y justo.
Este proceso de actualización salarial no solo tiene implicaciones directas para los empleados de Nevada, sino que también se enmarca dentro de un movimiento más amplio en la región suroeste de Estados Unidos, donde varios estados han tomado medidas similares para ajustar sus salarios mínimos y abordar las crecientes demandas económicas.
En Nevada, el salario mínimo se ha establecido en US$12 por hora desde el 1 de julio de 2024, un cambio significativo que afecta a todos los trabajadores del estado, independientemente de si reciben propinas o beneficios de atención médica.
Este aumento es el resultado de una serie de ajustes escalonados planificados en 2019 con al Proyecto de ley 456 de la Asamblea, que inicialmente preveían incrementos anuales de 75 centavos hasta alcanzar el objetivo actual. Sin embargo, en 2022, los votantes de Nevada aprobaron una enmienda constitucional–en la Pregunta 2 de la boleta electoral–que fijó el salario mínimo en US$12, eliminando las diferencias salariales basadas en la oferta de beneficios sanitarios por parte del empleador.
Este nuevo salario mínimo estatal destaca en comparación con el salario mínimo federal, que permanece en US$7.25 por hora desde julio de 2009. La decisión de Nevada de aumentar su salario mínimo subraya una tendencia en varios estados del suroeste de Estados Unidos que también han adoptado salarios mínimos más altos.
Por ejemplo, en California, el salario mínimo es de US$16 por hora, mientras que en Arizona es de US$14.35 y en Oregón puede llegar hasta US$13.70, dependiendo del condado. Por otro lado, estados como Utah e Idaho mantienen el salario mínimo federal, reflejando la diversidad de políticas salariales en la región.
El ajuste del salario mínimo en Nevada no solo responde a la inflación y al costo de vida, sino que también busca asegurar una mejor calidad de vida para sus residentes. Este cambio demuestra cómo los estados pueden tomar medidas independientes para mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores, incluso cuando el salario mínimo federal permanece inalterado.
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