Todos a trabajar en resolver los problemas de Lima

Redacción Gestión

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OPINIÓNOscar González EstradaEDITOR GENERALDIARIO GESTIÓN

La alcaldesa Susana Villarán ha reconocido varios de sus errores y se ha comprometido a darle un nuevo rumbo a la Municipalidad de Lima, con la participación de todos los sectores. Ahora tiene la oportunidad de no defraudar a los que la siguen apoyando y convencer, a los que querían revocarla, de que su trabajo tendrá resultados efectivos al ir resolviendo los problemas que aquejan a la capital.

Uno de los graves problemas sigue siendo el caos vehicular, que le cuesta a Lima miles de millones de dólares al año por el exceso de vehículos de transporte público, el crecimiento del parque automotor y la imposibilidad de dar de baja a las unidades antiguas. Hay demasiadas combis, buses y taxis que circulan congestionando las vías y causando grandes pérdidas de tiempo a los ciudadanos

Si bien la actual gestión metropolitana ha tomado medidas para el ordenamiento del transporte, se espera que estas den resultados. En Lima circulan más de 240 mil taxis, la mayoría informales, y se dice que solo bastaría con 100 mil. Varias administraciones han intentado distintas alternativas, como el empadronamiento o la implantación de taxímetros, pero ninguna ha completado la tarea. Lo mismo pasa con el transporte urbano, que agudiza aún más con el caos de la congestión, inseguridad y la contaminación. Sin retrocesos se debe acelerar esta reforma.

También sería importante que se adelante el inicio de las obras de construcción y rehabilitación de los ejes viales principales (Panamericana Norte y Sur, Autopista Ramiro Prialé, Vía Parque Rímac, etc.), de los corredores complementarios del Sistema Integrado de Transporte (Javier Prado-La Marina-Faucett, Tacna–Garcilaso–Arequipa, Próceres-Abancay-República de Panamá, etc.), y en general de todo proyecto que mejore el acceso y la articulación vial de la ciudad. Acá se debe fijar los plazos concretos para que los concesionarios entreguen las obras.

Esta debe ser una oportunidad para que todos los niveles de gobierno y las fuerzas políticas dejen de lado sus intereses particulares y se pongan a trabajar en una sola agenda que debe ser la solución de los problemas que sufre Lima. Si hay este compromiso no debería importar mucho si la alcaldesa se queda sin regidores de Fuerza Social, porque los que se queden y los nuevos que entren tendrán la misma meta de mejorar la calidad de vida de todos.

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