MDN
Stanley Kubrick

| Hoy Stanley Kubrick cumpliría 90 años.

El director responsable de cintas emblemáticas en la historia del cine como 2001: Odisea del espacio (1968), Naranja mecánica (1971) y Barry Lyndon (1975) es y será recordado como uno de los mejores cineastas que jamás haya existido.

Obsesivo, perfeccionista, innovador, creativo, exigente, son solo algunos de los adjetivos que acompañan a los artículos, documentales y libros que exploran su vida y obra. Pero más allá del mérito cinematográfico, Stanley Kubrick fue un visionario capaz de convertir su pasión por contar historias en una forma de existir.

Y de trascender.
Kubrick vivía buscando herramientas para capturar con la cámara lo que su mente imaginaba. Y si no las encontraba, las inventaba. Tuvo la idea de rodar Barry Lyndon iluminando los sets solo con luz de velas y para hacerlo, recurrió a las lentes ultra rápidas que la NASA utilizaba en sus satélites fotográficos. Para emular la gravedad cero en la estación espacial de 2001, mandó construir un set que funcionaba como una rueda de la fortuna y le permitía mostrar a los astronautas corriendo en un círculo vertical o caminando de cabeza; en esa misma cinta innovó con el product placement colocando a cuadro productos de 40 marcas a cambio de recursos para la investigación y desarrollo de su equipo fílmico; además, utilizó la técnica de la fotografía de control de movimiento (con la que los modelos de las naves espaciales se movían a lo largo de pistas predeterminadas para poder ser filmadas) mucho antes de que George Lucas la hiciera famosa en La Guerra de las Galaxias.

Estas son algunas de las lecciones que podemos tomar de la carrera de Stanley Kubrick para aplicarlas en nuestra vida laboral.