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1. Atracción
Un buen líder siempre es un ejemplo porque son atraídos por su personalidad y ayuda a las personas a conocerse, a descubrir sus talentos y grandeza, a utilizar sus habilidades, a desarrollar lo que los apasiona, entre otros. (Foto: iStock)
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2. Visión
La visión de un líder está proyectado hacia un futuro. Esta debe ser una imagen mental clara, atractiva y desafiante de un futuro posible, pero sobre todo, debe hacerse realidad en base al esfuerzo que realiza de manera personal y en conjunto. (Foto: iStock)
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3. Pasión
La pasión de un líder se transmite involuntariamente en el entorno a través del lenguaje verbal, corporal y emocional. Tener pasión es amor en acción por lo que se realiza. (Foto: iStock)
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4. Confianza
Un buen líder crea relaciones más efectivas en base a la confianza, incluso conoce que el poder se ejerce por autoridad y no por la fuerza o la obligación. Además, genera un buen ambiente de trabajo pues al brindar confianza a su entorno estos demuestran su verdadero potencial. (Foto: iStock)